martes, 11 de octubre de 2011

triunfalismo maldito

Perú perdió esta noche de martes, más que un partido de fútbol. Perdió la oportunidad histórica de ganarle un partido oficial a Chile en el propio Santiago. Pienso que el excesivo triunfalismo fue una de las causales principales de la derrota, fomentada, cuando no, por la prensa. Derrotar a Paraguay —sombra de otros elencos guaraníes— nos había hecho tocar el cielo antes de tiempo, al extremo de crear un exceso de confianza antes de enfrentar a los de la estrella solitaria, augurando los más entusiastas una victoria (y hasta una canasteada). Este sueño quebrado nos debe enseñar de una buena vez que históricamente el pelotero peruano le pesa jugar bajo la presión del favoritismo, aminorando su rendimiento y haciendo que el balón se le torne cuadrado.  

Caímos en Chile porque al equipo se olvidó de su principal fortaleza en la Copa América: humildad y respeto hacia el rival. El planteamiento inicial del ‘Mago’ podría haber funcionado si nuestra defensa —el pilar del esquema ‘marakariano’ (ratonero)— hubiera estado más concentrada y metida en el partido. El 1-0 llegó apenas a los 2' por la marca libre de Acasiete (los años le pesan) y el ‘Mudo’ Rodríguez. El 2-0 a los 18', por culpa de un jugador tan limitado como Revoredo (el más flojo de la selección). Sin embargo, Perú no fue ese equipo nervioso y derrotado de antemano que cayó 4-0 en Santiago en 1997. Se asemejó más a aquel equipo de 1985 que antes de los 15' ya perdía 3-0 por culpa del golero Acasuzo, pero gracias al empuje de Franco Navarro y compañía, caímos por un honroso 4-2, guarismo similar al de esta noche.

Podría argumentarse que por el esfuerzo, Perú como mínimo merecía empatar. Que el réferi boliviano —heredero de Ortubé— se comió dos penales groseros a favor de los nuestros y que ¡cuatro! pelotazos se estrellaron en los palos. La derrota duele porque después del 2-0 fuimos más. Chile se puso 3-0 principiado el segundo tiempo, pero Perú con fútbol —como debería jugar siempre— se colocó 3-2. Allí las ansias por empatar nos costó otra desconcentración que provocó el penal del arquero Fernández al ‘Mago’ Valdivia (el mejor chileno) y el ‘Chupete’ Suazo (que lució poco en todo el partido) sentenció el 4-2.     

Duele la derrota porque nos ganó el enemigo más odiado, pero sirve si es que nos hace pisar tierra y recuperar humildad. Sirve si es que la prensa y la afición moderan sus expectativas. Debemos comprender que si bien tenemos plantel para hacerle el pare a cualquier rival de la región, todavía no hemos conseguido nada. Treinta años de frustraciones se traducen en que sigamos siendo el equipo ‘ganable’ de América del Sur. En el próximo partido frente a Ecuador, en Quito, debemos concentrarnos al máximo y presionar al rival sin sobrestimar a la altura, aguantar y contragolpearlo cuando se generen los espacios. Esa fue la humilde fórmula de Markarián en la Copa América y una selección en la que nadie creía alcanzó el tercer puesto.

Esta es la segunda fecha de las Clasificatorias —aunque prefiero seguir llamándolas Eliminatorias— y nuestras posibilidades se mantienen intactas. Uruguay aparece como el mejor, pero sólo le lleva un punto a sus seguidores. Le siguen seis países con tres unidades, entre los cuales estamos nosotros. El mal arranque de Paraguay malogra sus aspiraciones a una quinta participación mundialista consecutiva y Bolivia, el único que ha caído de local, reafirma su condición de eliminado desde el inicio.    

Perú tiene material humano para lograr el objetivo. Es importante no distraerse cuando se disputen puntos decisivos. Clasifican quienes ganan más partidos de local y restan más puntos de visita. Que Perú descanse en la próxima fecha es una ventaja, nos da días para aclimatarnos a la altura de Quito en Arequipa. El ‘Mago’ no es un gran estratega, pero es el hombre capaz de lograr que sus pupilos se comprometan a dejar todo en la cancha. Sea cual fuera el resultado en Ecuador, que no nos invada el triunfalismo ni la desconfianza. La ruta de triunfos y sinsabores es hasta el 2013.

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