lunes, 28 de octubre de 2013

calamaro en su tinta

Calamaro no es un artista cualquiera, podemos dar fe de eso los cinco mil espectadores —muchos venidos de distintos puntos del norte del país— tras su presentación en el Aventura Plaza el pasado sábado 26. Pocas veces en escenarios provincianos hemos tenido la oportunidad de ver a un cantautor de su calibre, seguro por eso en algún momento de la velada exclamó: “en los pueblos chicos, a diferencia de las grandes ciudades, las fiestas se viven con más color”. Tampoco es común que alguien nos ofrezca 25 temas traducidos en dos horas y media en vivo, iniciando su presentación de manera puntual, diez de la noche exacto, sin necesidad de grupos teloneros, acompañándose de pantallazos interactivos y músicos de primer nivel —el guitarrista y el baterista eran fenomenales— quienes se dieron el lujo de ofrecer un entremés de jazz que se prolongó por más de diez minutos en tributo a la presentación de Miles Davis en la isla de Wight.   
 
Calamaro es un tipo que se caracteriza, además, por su ‘honestidad brutal’  y no tiene reparos en expresar sus odios y preferencias en público, a riesgo de quedar mal o herir susceptibilidades. Mientras interpretaba Días distintos se acompañó con imágenes de toros sangrantes, ocasionando el rechazo de los enemigos de la tauromaquia (una de las grandes pasiones del argentino) que aquí no son pocos. También expresó su amistad inquebrantable con el ‘barrilete cósmico’, exhibiéndose imágenes del 10 con la selección albiceleste, en el Barza y el Napoli (y curiosamente ninguna con la camiseta de Boca) mientras entonaba Maradona. En otro momento habló de Mick Jagger a quien calificó de ‘bisabuelo contemporáneo’ e incluyó un estribillo de Brown Sugar al final de Carnaval de Brasil. Mencionó de la ‘cumbia psicodélica’ tan propia del Perú y a la que la bailanta gaucha le debe mucho. No es gratuito que Tres Marías y Tuyo siempre tengan ese género como base.      
 
El tributo más emotivo de la noche llegó en Los chicos, la canción final, cuando cantaba: Muchos amigos se fueron antes que yo, y me dejaron solo, por eso si el invierno hace frío, desfilaron imágenes de Gardel, el ‘Che’ Guevara, el ‘flaco’ Olmedo, Pappo, Federico Moura, Luca Prodan, Miguel Abuelo (de quien suponíamos distanciado), Sandro, Luis Alberto Spinetta, entre otros, incluyendo, quizá con oportunismo, a Chabuca Granda y a Chacalón, símbolo de culto en Perú y Argentina. El clímax llegaría cuando ya estaba de salida y tocó su versión personal de De música ligera, homenaje sentido a Gustavo Cerati, quien lleva más de tres años en coma.
 
Varias canciones del repertorio estuvieron conformadas por canciones de Bohemio, su producto más reciente y leit motiv de su gira internacional por América Latina. Con un peluche representando a un calamar pegado al micrófono, Andrés tuvo el tino de agradecer a los asistentes por “acompañar estas composiciones con mucho respeto”. El show comenzó con Mi enfermedad de su etapa con Los Rodríguez, de quienes tocó también Para no olvidar y Sin documentos. No cantó, como acostumbra, ningún tema de su etapa con Abuelos de la Nada y se encargó de hacer vibrar al público con sus temas más celebrados como solista: Loco (excusándose por la apología a los ‘porritos’), Crímenes Perfectos, Me arde, Te quiero igual, El Salmón, Flaca, Paloma y Alta Suciedad.  

Una noche memorable que satisfizo a los melómanos —hinchas o no de Calamaro—  quienes apreciaron a un artista que no se caracteriza por su notable registro vocal (que  recuerda a un Bob Dylan resaqueado) pero que hace gala de frases efectivas y oportunas encima del escenario, como su agradecimiento por estar en esta “tierra maravillosa que formó parte del imperio de los Incas” y envolverse su rostro en la despedida con la bandera del Perú, inclinándose, mismo Juan Pablo II, para besar el escenario. Un ósculo que muchos trujillanos recordaremos por siempre.     

5 comentarios:

Necia dijo...

pucha, tonces es taurino el salmon, que tal degenerado! ni de vainas voy a un concierto de ese ronco de porqueria! si se atreve a mostrarme toros ensangrentados, lo amarro y lo meto debajo del sofa del cabezon para que lo mate a punta de pedos! jum!

Unknown dijo...

Los únicos que tienen derecho de manifestarse contra la tauromaquia son los vegetarianos.

Quienes comen carne de res son unos hipócritas -o ignorantes- de porquería.

Necia dijo...

pues fijate que conozco muchos vegetarianos que no comen carne nomas porque piensan que es dañino para la salud, -y razon tienen en eso- pero no estan en contra del toreo, o bien porque no les interesa o son taurinos

ahora, decir que estar en desacuerdo con el abuso a los toros y comer carne es incompatible, o mas que eso, decir que son "hipocritas -o ignorantes- de porqueria", es completamente fuera de toda logica. una cosa no tiene que ver con la otra

el ser humano, -asi como todo ser viviente- necesita alimentarse para vivir. matar para comer es diferente que matar por diversion y en el caso del toreo, es aun peor que la caceria

el toro de lidia traumatizado y torturado durante muchas horas antes del inicio de la faena porque saben perfectamente que un toro sano y bueno no se dejaria matar por un mequetrefe vestido de luces que dizque muestra su valentia matando a un animal completamente disminuido de sus fuerzas en la arena

horas antes, lo meten a un corredor que protege a sus verdugos para que puedan molerlo a palos. despues, lo pican tanto que en ocasiones el toro ingresa a la arena con la sangre borbotando del lomo, (algo asi como las ballenas al expulsar el agua en chorro) y sus patas doblandose de tanta debilidad por la perdida de sangre

despues de eso, -mientras el valiente huevonazo se pavonea a su gusto exhibiendo el falo y los testiculos pegados a una de las piernas ceñidas por el pantalon tipo liga que usan para su macabra tarea- ingresan unos imbeciles con los caballos debidamente cegados para no ver al toro -pero lo intuyen- y con una lanza, lo pican mas sobre la herida ya hecha o le crean otras nuevas

asi, recien entonces, ya puede el torero enfrentarse al toro. lo llama con su capota roja, juega un poco, llega el tiempo de las banderillas, todas decoradas con los colores del torero o de la casa de toros que lo auspica y se ufana de ver como luce el toro, completamente ensartado luciendo sus colores en las banderillas. despues de eso, sale a matarlo con un sable y ya caido, lo remata con una daga

si a ese imbecil mequetrefe y a los asistentes a esta fiesta de sangre los comparas con las personas que simplemente comemos de un animal para seguir viviendo, es que tienes caca en el cerebro

como carne, si. poco, pero como. tal vez un dia consiga ser vegetariana del todo, pero aun sin serlo, me declaro antitaurina por completo y hago votos para que este medio de tortura animal se prohiba en todos los confines de la tierra

Alfieri Díaz Arias dijo...

¿Y tú tienes idea de cómo matan a la pobre vaquita cuya carne tarde o temprano terminará en tus fauces? La matan a combo limpio de la manera más salvaje y primitiva... sólo que los camales no son lugares públicos. Pero como no lo vemos, qué nos importa. A eso me refiero con vivir en ignorancia (e hipocresía).

Necia dijo...

si, los camales son lugares publicos(a menos en peru) y a las reses las ejecutan incrustandoles una daga en la nuca. caen de inmediato y el carnicero da permiso a la larga fila de niños que esperan pacientemente, a que pasen por la sangre que sale de la herida recien hecha y se la toman de inmediato, tibia, en tazoncitos que ellos mismos traen consigo porque se supone que es buena contra la anemia. eso no me lo contaron. vi esa escena numerosas veces y en varios lugares del pais

no se de donde has sacado que las matan a combo limpio. no seria solamente cruel sino estupido matarlas de ese modo