La palabra grafiti
deriva del italiano graffiti que a su
vez proviene del latín scariphare, es
decir “incidir con el scariphus
(estilo o punzón) utilizado por los antiguos para escribir en tablillas. En
lenguaje común, el grafiti es una expresión de arte urbano, pintar textos en
las paredes de manera libre, creativa e ilimitada, buscando un alto impacto y
atractivo visual. Es también una expresión de rebeldía y revolucionaria, un
manifiesto político. El grafiti es un atentado tipográfico, ejecutado de manera
veloz y espontánea en lugares públicos, manteniéndose el autor casi siempre en
el anonimato.
Si bien la historia del grafiti se remonta a los tiempos
del Imperio Romano, se considera que el primer grafiti moderno apareció en
Londres el 30 de septiembre de 1888, atribuido a Jack el Destripador tras
cometer uno de sus asesinatos. En la escena del crimen, la policía encontró el
siguiente mensaje antisemita escrito con sangre en la pared: The Juwes are the men That Will not be
Blamed for nothing (Los judíos no son los hombres que seran culpados sin
motivo). Años después, durante la Segunda Guerra, cuando las tropas americanas
ingresaron en Túnez, apareció el grafiti: Kilroy
Was Here, repitiéndose ese mismo mensaje en Italia, Francia y, finalmente,
en Alemania, por lo que se le chantó su autoría a un pelotón de Ohio. La frase
se volvió tan popular que se reprodujo en las cubiertas de los cuadernos de
muchos estudiantes —con el dibujo de una cabeza y unas manos asomándose sobre
el borde de una valla—, incluso dio título a un disco de Styx (y se menciona en
la canción Mr. Roboto).
Un grafitero con sentido estético puede embellecer su
entorno y no empeorarlo. Los retratos de Lavoe y otros salseros en El Callao
testimonian esta aseveración. El espray o la pintura en manos vandálicas son
herramientas para cometer actos delictivos. Sin embargo, cuántas frases
memorables fueron enunciadas antes de sucumbir ante una refracción o una simple
manito de pintura. Las paredes de Trujillo no han sido ajenas a este ultraje urbano.
He aquí una relación de doce de ellas que supieron despertar la atención de un
despistado transeúnte como yo.
12. ¡ALLENDE VIVE! Manifiesto político aparecido en la
década de 1980 en la fachada de la Química Suiza —Avenida Juan Pablo II—. Por la
cercanía con la Universidad Nacional, sospecho que el autor fue un estudiante
zurdo.
11. NO PISES LA HIERBA, ¡FÚMALA! Apareció en la caseta de
luz del parque grande de California —llamado César Vallejo—, al costado de la
pintura de un horripilante árbol humanizado al que un anónimo pastrulo le
agregó un troncho en la boca. Menos ingeniosa que El que te ofrece droga no es tu amigo, ¡es tu hermano!
10. HAZ PATRIA, MATA UN CHOLO. En la Avenida Larco,
debajo del mural de Covirt que data de la época de Velasco. Se mantuvo legible
por mucho tiempo a pesar de su racismo virulento, hasta que tumbaron la pared
para construir más casas.
09. APRA = CACA. No aparece propiamente en una pared sino
en el cemento de una vereda en la cuadra de Junín entre Pizarro e Independencia,
casi a la altura del convento Santa Clara. Pienso que debe tener unas dos
décadas de antigüedad,
desde el primer gobierno de Alan y sorprende su supervivencia en una ciudad
bastión del partido de Haya. Haber hecho muy poco por Trujillo y por el país
bien le vale a los apristas ser comparados con una hez.
08. JESÚS AQUÍ LA PASA BACÁN. Para que tenga connotación,
tamaña blasfemia apareció en la fachada de El Carmen, en el jirón Colón, dando
a entender que convento era sinónimo de serrallo celestial. Si la memoria no me
falla, tuvo corta existencia, apenas unos días durante el caluroso verano de
1992, antes de desaparecer por varias y piadosas manos de pintura blanca (color
inmaculado).
07. PIENSO EN SHARON STONE MIENTRAS ME COMO A CECILIA.
En la fachada de una panadería de la Avenida Haya de la Torre que limita la
Urbanización Las Flores con San Andrés Quinta Etapa (o USA V como pintaba una
patota vecina en las paredes). Apareció en los años que la Stone se convirtió
en icono sexual tras su cruzada de piernas en Basic Instinct. La frase de marras parece tener dos connotaciones:
o la tal Cecilia era tan rica —y arrecha— como la actriz, o era tan fea que había que
idealizarla con Sharon para hacerla más digerible.
06. SOY MARIO EL CACHARRICO. Grafiti que no es de
Trujillo sino de Pacasmayo, a media cuadra de la plaza principal, por el pasaje
que baja a la playa. Dudo que en el diccionario aparezca una expresión que
defina mejor que ‘cacharrico’ esta capacidad sexual, es decir: “dícese de la
persona que tiene la facultad de originar múltiples placeres a su pareja en el
momento de la copulación”. Tener fama de cacharrico debe ser motivo de envidia
y admiración.
05. SI ERES DE ALIANZA QUE DIOS TE BENDIGA, SINO QUE DIOS
TE PERDONE. En el jirón Zepita, cerca al paseo de las letras. No es por
aliancistas pero no he visto que gallinas o pavos hayan escrito jamás algo
similar. Me recuerda a una frase escrita en el baño de un bar cerca de la Upao
en mis años de estudiante: Soy blanco,
soy de Alianza, y me llegan al mazo los negros de la U. ¡Alianza Lima, el
sentimiento del Perú!
04. SI LA MIERDA VALIERA PLATA, LOS POBRES NACERÍAN SIN
CULO. En la primera cuadra de la Avenida Jesús de Nazareth. Frase
revolucionaria que guarda relación con la que apareció pintarrajeada en la
fachada de la Universidad Nacional —tapada por el mural de mosaicos—, casi a la
altura del Óvalo Papal: Combate el hambre y la pobreza, ¡cómete a un pobre!
03. FUJIMORI NO SE MUERE DE CÁNCER, SE MUERE DE RISA. El
grafiti más contemporáneo de la lista, apareció hace unas semanas en la Avenida
América Sur, cerca al Óvalo Papal, en respuesta a las manifestaciones de sus
partidarios exigiendo su libertad. Si por mi fuera, su destino merece semejarse
al de Leguía, otro sátrapa que padeció su enfermedad en cautiverio.
02. TRISTE ES CAGAR SIN HABER COMIDO; PERO MÁS TRISTE ES
QUE TE CACHEN SIN HABERLO SENTIDO. Grafiti no de la calle sino de un baño de
mujeres de una Universidad Privada a la que ingresamos para grabar un video —sorprendiéndonos
porque encontramos flotando en el guáter un mojón inmenso por lo que Gonzalo
Tapia expresó la siguiente frase memorable: “¡De qué tamaño será el ano de la
que cagó esa atrocidad!” —. La inscripción o aduce a la insatisfacción sexual
de las féminas —de esa época se remonta una encuesta que revelaba que el 80% de
los peruanos copulaba mal—, o a que por pepas, exceso de alcohol o pasada de
vueltas a una la pueden violar y no tener conciencia de ello (me parece que va
más por este sentido).
01. PAPA NOEL ME LLEGA AL PINCHO. En la primera cuadra de
Ayacucho, cerca de la Quinta Holguín. Expresión traumática que en la década de
1980 espantaba porque hablar mal del viejito pascuero era hablar mal de la
Navidad, la fecha más especial del calendario. En su momento pensamos que su
autor podría tratarse de un desadaptado, un psicópata, un enfermo criado en un
hogar disfuncional con mama puta y padrastro borracho; hoy sin embargo, que veo
cómo ese gordito que se ríe ‘Ho-Ho-Ho’ como huevón se ha apropiado de la
Navidad, comparto también la misma opinión: “¡Papá Noel me llega al pincho!”
0 comentarios:
Publicar un comentario