Creo en la libertad de expresión,
pensamiento, creación. Sostengo que a las personas no se les debe perseguir,
acosar o estigmatizar por profesar una opinión distinta a los demás. Un artista
de verdad, no puede hacer ningún tipo de concesión. El arte más bello es aquel
que nace libre y trasgrede los parámetros de su tiempo.
El principio fundamental de
cualquier medio de comunicación es tener libertad en su línea editorial. Es
obligación de todo periódico, revista, radioemisora o canal televisivo mantener
su independencia y no ceder ante ningún tipo de presión, sea de carácter
político, económico o religioso. Un medio de comunicación es una herramienta de
manipulación. Dirigir su contenido exige mucha responsabilidad.
Por más que la palabra ‘sujeción’
ocasione temor y suspicacia en los librepensadores, la libertad de expresión en
un medio informativo debe estar sujeta a la ética profesional. Debería
moderarse a quienes han hecho de la información-basura una forma de llenarse
los bolsillos sin preocuparse por el empobrecimiento del coeficiente colectivo
de la masa. No estoy a favor de la censura pero sí creo que debe establecerse
un código que sancione el manejo irresponsable de la información. Debe
penalizarse judicial o económicamente a los medios cuando:
a) Se magnifica la información
con la intención de vender más a costa del pánico social. El caso AH1N1 es un
buen ejemplo. A cuarenta días de ser titular mundial, todavía se sigue hablando
de ‘pandemia’ cuando sólo se han detectado dieciséis mil casos, cien de ellos
mortales. Ningún medio declaró en su momento que la influenza tenía cura si se
trataba a tiempo, vendía más informar que: “no existe una vacuna eficaz contra
el virus”. Los mexicanos estarían en todo su derecho de enjuiciar a la prensa
mundial por la forma como fueron marginados y tratados como ‘apestados’.
b) Se denigra la honra de
personas o instituciones sin tener pruebas sustentables. Es más, extendería la
prohibición a la divulgación sin consentimiento de la vida privada de diversas
personalidades, salvo se traten de líderes representativos, políticos o
religiosos, personas cuya catadura moral resulta relevante para un país o una
comunidad. No me parece justo que una persona afamada sea acosada por las cámaras
de la prensa farandulera. No creo que Magaly Medina sea ‘periodista’ y mucho
menos que haya escarmentado de sus meses en prisión.
c) Se propalan mensajes u
opiniones que pueden incitar a la violencia colectiva. Sí, aunque parezca
contradictorio con el libre pensamiento, pienso que los medios de comunicación
deben tener cuidado al dar cabida a ideologías que promuevan el odio,
fundamentalismo, racismo, ostracismo o exterminio. Hay que tener mucho criterio
para no propagar ideas que deshumanicen a los individuos o los incite a la
barbarie. Yo particularmente, analizaría los mensajes entre líneas de
proselitistas tipo Adolfo Hitler, Abimael Guzmán o... Joseph Ratzinger, antes
de difundir sus apologéticos.
Creo en la libertad de expresión
pero no al extremo de dar cabida al libertinaje o a los extremismos. El
“Prohibido prohibir” de Mayo del 68 lo trastocaría por “Prohibir a los que
prohíben”.
5 comentarios:
Saludo la secuela que ha generado el tema. Ahora lo invito a visitar el blog abierto por este servidor: www.saldosvarios.blogspot.com. Me debe un comentario.
O sea, prohibo lo que se me antoja, permito lo que se me antoja...
más que una decisión antojadiza sería tener un poco de criterio y algo de ética para publicar una información coherente con los objetivos y necesidades del medio y su público respectivo. Línea periodística a eso le llaman.
Insisto en que eso es un "libre pensamiento" medio antojadizo y hasta dictatorial.
Claro que el "libre pensamiento" en sí ya lo es: El que no se somete al manual del librepensador es un oscurantista, un desgraciado, un intolerante, alguien que no merece vivir y debería desaparecer ya mismo del planeta!
Ehm, en fin, incluso que un medio sea "libre" es ya una forma de ser tendencioso. Esto resulta, obvia y graciosamente, paradójico.
Guarda mi querido Torquemada Ramos, antes de exigir mi desaparición corpórea de esta orbe, permíteme una última aclaración:
La libre expresión es en sí una postura, una tendencia, una militancia y una paradoja pues no existe la libertad absoluta, siempre hay un límite. Todo ser humano racional y no depravado sabe hasta donde o no puede llegar. El arte es la única de las manifestaciones humanas que no puede ceñirse a la ética y la moral, debe ser totalmente libre. El artista no puede tener ningún tipo de mordaza o atadura... el periodista sí.
El periodismo exige cierta responsabilidad y mesura. El presente post lo único que pretende es denigrar cierta tendencia periodística al sensacionalismo en los casos específicos de:
a) Magnificación o desinformación con la intención de generar pánico colectivo.
b) Respeto a las personas cuya vida privada no son relevantes a la sociedad.
c) Opiniones que tiendan a generar violencia de un grupo contra otro grupo de personas, específicamente en personas de otra raza o credo.
Esos son MIS límites en mi protogrado de "librepensador", quizá peque de oscurantista pero jamás de persecutor.
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