martes, 9 de junio de 2009

desde estas pirámides, 50 siglos nos contemplan

Supe de la existencia de Caral en 2001, tras la visita oficial de Valentín Paniagua —presidente por azares del destino— quien lo declaró ‘Sitio Monumental de Interés Nacional’. Ese mismo año, la revista Science conmovió a la comunidad científica al publicar los primeros fechados radiocarbónicos de Caral, el más antiguo databa del año 2627 a.c., es decir casi cinco mil años de antigüedad, lo cual la ubica en el mismo paralelo histórico que las civilizaciones de los valles de Hwan Ho, Nilo, Indo, Tigris y Éufrates. En pocas palabrasm el descubrimiento de Caral representaba la reescritura no sólo de la Historia del Perú, sino también de la Universal.

Los trabajos arqueológicos de Ruth Shady (1) en Caral se remontan a 1994. A la fecha han sido descubiertas sesenta y seis hectáreas. Las fotografías oficiales publicadas no hacen justicia a su magnitud (2). Antes de mi visita a fines de mayo de 2009, creía que se trataba de unos cuantos bloques de piedra de lo que alguna vez fue un templo o un anfiteatro, cuyo interés solamente radicaba en conocer y palpar la ubicación geográfica donde el hombre peruano estableció la primera urbe del continente. Estar en Caral trajo abajo todos mis prejuicios de internauta.

Gracias a la invitación del Departamento de Humanidades de la UPN, partimos el viernes 29 a las 11:00 pm, arribamos a Supe a las 5:00 am y tras internarnos en el valle por un camino afirmado, llegamos a a las 6:00 am a ‘Huancaral’, un restaurante campestre donde nos lavamos la cara, el hocico y desayunamos tamal con pan serrano y Frugos para quienes nos cae mal tomar leche tan temprano. La densa neblina le daba un aspecto espectral al paisaje, poblado de maizales. Conforme fue aclarando el día, enrumbamos a Caral por un camino de cultivos y acequias. A los treinta minutos de caminata, llegamos al río, cruzamos el puente de madera —que parece más enclenque de lo que es— y el verde le cede paso al desierto. El caminante no lo percibe pero estamos a 350 m.s.n.m. A primer impacto, a unos 500 metros de distancia, Caral comienza a sorprender y afloran más preguntas que respuestas.

Antes del descubrimiento de Caral, se pensaba que los antiguos peruanos, agrupados en pequeños asentamientos, se dedicaban a la recolección de frutos o a la pesca y a la caza en pequeña escala. Se consideraba también que los primeros templos y pirámides —La Galgada y Kotosh— eran contemporáneos a la aparición a la cerámica (1800 a.c.). Las excavaciones en Caral echaron por tierra todas esas presunciones al demostrar el desarrollo de una civilización mucho tiempo atrás. Caral no sólo fue un centro ceremonial, fue una ciudad habitada en la que se pueden distinguir dos clases sociales: una noble que habitaba en el centro y otra humilde en la periferia. Emplazada en una especie de terraza que le garantizaba una visión estratégica del valle (3), se calcula que la urbe tuvo una vida activa de 600 años, luego simplemente fue abandonada y enterrada por el tiempo.

En Caral no se perciben huellas de ningún cataclismo o actos vandálicos. Las pirámides no lucen estragos de saqueo o devastación. Shady y otros investigadores sostienen que Caral pudo ser la capital de ese Perú auroral, influyendo en otros pueblos contemporáneos como Áspero, Allpacoto, Miraya, Kotosh, La Galgada, entre otros. Al parecer todos ellos comparten una misma tradición y formaron una amplia y bien organizada red de reciprocidad e intercambio. Caral es junto con Egipto, Mesopotamia, India y la China uno de los primeros focos culturales de la Humanidad, pero con un factor diferencial con los otros mencionados, mientras ellos interactuaron entre sí por razones geográficas, Caral fue un foco aislado de civilización, antecesor en 1500 años a los Olmecas, la primera gran cultura de Mesoamérica.

¿Es probable que Caral interactuara con Egipto o la China? No existe ninguna prueba. Es una teoría igual de extravagante como que la Atlántida estuvo en el altiplano boliviano y los atlantes fueron los tiahuanaco. La única similitud posible es la predilección de los caralinos —y a posteriori de los mesoamericanos— por edificar estructuras piramidales.

¿Fueron los caralinos diestros en la navegación? Parece posible si se cree los caralinos fueron los fundadores de Áspero, ubicado en lo que hoy es Puerto Supe y cuya contemporaneidad ha sido demostrada por el carbono 14 (aunque en la periferia de este lugar se han hallado restos con más de 4,900 años a.c.). Según Ruth Shady, la función de Áspero, llamada la ‘primera ciudad pesquera de América’ (4) era proveer de recursos marinos a Caral. Cuatro de las siete pirámides encontradas en este asentamiento del litoral muestran parecido arquitectónico con los de la ciudad ‘capital’. En Áspero se han hallado diversos nudos tipo pescador, así como rocas con canaletas centrales utilizadas como peso para las redes Si bien no se han encontrado restos de embarcaciones, se han hallado restos de peces que habitan mar adentro como el róbalo lo que comprobaría el uso de algún tipo de nave. En Caral se han encontrado restos de spondylus, molusco de aguas ecuatoriales. Es probable que los habitantes de Áspero tuvieran contacto comercial con un asentamiento ubicado en Valdivia (Ecuador).

Para hacernos una idea del grado de desarrollo de los habitantes de Caral, enumeremos los siguientes alcances:
01) Trazo urbano. Revolución que va más allá de superar el nomadismo. En Caral se levanta un monolito que lejos de representar un símbolo fálico, debió cumplir la función de intihuatana (reloj solar) y señalar el centro de la urbe, el eje telúrico para establecer la distancia de las pirámides entre sí.
02) Dominio de la construcción. Han pasado cinco mil años y un conjunto de pirámides hechas en piedra se mantienen en pie.
03) Comunión con el medio ambiente. Mientras los españoles y nosotros, herederos de sus costumbres, tenemos la mala idea de establecer nuestras ciudades en las tierras fértiles, los antiguos caralinos dejaron las áreas ribereñas y las tierras de cultivo intactas y se establecieron en el desierto, sabiduría transmitida a otras civilizaciones posteriores como los Moche o los Chimú.
04) Desarrollo de actividades productivas como la agricultura, pesquería e intercambio comercial; esto último no sólo con el Ecuador, por los restos de spondylus, sino también con la selva, ya que se han encontrado restos de un mono, animal oriundo de ese lugar. Se ha hallado, además, una especie de quipu —sistema contable utilizado en tiempos incásicos— lo que demuestra una noción superior de administración.
05) Segmentación social. Hubo una clase noble, posiblemente clerical al tratarse de un gobierno teocrático, residente en el mismo Caral, y una clase baja en los suburbios.
06) Gobierno pacífico. Si bien no se descarta la existencia de un ejército, no se han encontrado instrumentos que hayan servido de armas. Una especie —aunque poco probable— de ‘Pax Caralina’.
07) Prácticas religiosas. La pirámide principal tiene forma de pájaro con las alas extendidas, el anfiteatro forma su pico. Es probable que sea la representación de su principal deidad. Pudieron tener nociones de ‘inmortalidad’ si se comprueba que las pirámides sirvieron de mausoleo para los nobles. En Caral, sólo se han hallado seis cuerpos, cinco de niños y el otro de un hombre de unos veintitrés años. No hay evidencia de sacrificios humanos. Se calcula que el promedio de vida del caralino era de veinticinco años. Aunque se sospecha de su existencia, todavía no se ha descubierto una necrópolis en los alrededores.

¿Es probable que exista un nexo entre Caral y las posteriores civilizaciones que se desarrollaron en el Perú? Esa es la gran pregunta. No creo que hayan aparecido y luego, simplemente, se extinguieran sin dejar descendencia. Uno piensa en el grado de intercambio e influencia que pudo tener en tan vasto territorio, lo que me hace considerarlos como unos ‘protoincas’. Me parece más creíble que sus ramificaciones se establecieran en Kotosh, Sechín (5) o Las Aldas (6). Quizá los caralinos sean a su vez descendientes de quienes habitaron en Huaca Prieta (7) o más aún, con quienes habitaron en La Paloma, Jaywamachay, Telarmachay, Guitarrero, Toquepala, Paiján o Paccaicasa (22 mil años a.c.). Particularmente sostengo la hipótesis de que el desarrollo del Perú precolombino es un solo fenómeno, no exento de de agentes foráneos que se sincretizaron con los autóctonos, y que cada cultura es el eslabón de una sola cadena. No creo, por lo pronto, descabellada la suposición de un vínculo entre Caral y Sechín, a pesar del abismo de 800 años que existe entre uno y otro.

Sechín, ¿hijos de Caral? Ubicado en el valle de Casma —unos doscientos kilómetros al norte de Supe— el templo de Sechín ofrece un mejor trabajo y labrado en piedra que la ciudad de Caral, evolución propia del paso del tiempo con el que se perfecciona el acabado. La gran diferencia entre Caral y Sechín radica en que los segundos fueron un pueblo sanguinario. Era un hombre que todavía vestía con taparrabos y carecía de calzado (presumiblemente como los caralinos) y guerreaba con un mazo de madera con incrustaciones de piedra. Los habitantes de Sechín eran belicosos, orgullosos de sus victorias y matanzas (o matanza) propiciadas a otros pueblos. Las paredes del templo son como un cómic lítico que describen el avance arrollador de un grupo de combatientes que dejan a su paso una estela de cadáveres mutilados. A los caídos se les extirpan los ojos (presumiblemente para que no los reconozcan en la otra vida), también se masacran y se mutilan a los niños para que no cobren venganza por sus padres. La ferocidad de Sechín contrasta con la tranquilidad de Caral que quizá no fuera tan pacífica o idílica como aparenta. Quizá los caralinos desarrollaran terribles sacrificios humanos en otro escenario todavía no identificado. La historia nos enseña que ninguna civilización florece si no se riega primero con sangre.

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1) Por el nombre creí en un principio que se trataba de una gringa, tipo Gene Savoy. Luego supe que era peruana y chalaca.
2) La mayoría de fotografías colgadas en Internet muestran algunas excavaciones y ofrecen una visión muy parcial de lo que hoy luce Caral.
3) El valle de Supe es fértil a pesar que el río trae poca agua la mayor parte del año. Su generosa napa freática permite el brote de diversos puquios (aparición espontánea del líquido elemento).
4) Desde el dudoso hallazgo de Troya a cargo de Schliemann, la arqueología ha hecho uso del marketing y la publicidad para magnificar sus hallazgos, agregándole pomposas denominaciones como en el caso de Áspero. Después que Savoy halló el Gran Pajatén, los aventureros le agregan el ‘Gran’ a todo vestigio arqueológico oculto en la Selva.
5) Sechín fue descubierto por Julio C. Tello en 1937, creyendo que se trataba de un templo costeño de los Chavín (los grabados de piedra guardan forzadas semejanzas con las cabezas clavas de Chavín de Huántar). Estudios posteriores a Tello demostraron que Sechín es 800 años anterior a Chavín.
6) Algunos investigadores sostienen que Las Aldas es más antiguo que Caral. Ambos asentamientos se ‘disputan’ la cuna de la civilización americana. Ubicado en la provincia de Casma, Las Aldas es un conjunto de pirámides edificadas con barro y mortero entre el desierto y la playa. Este centro ceremonial estuvo rodeado de varias aldeas de pescadores y agricultores (evidencian los restos de animales marinos, vegetales, tejidos, cerámica, etc.). Las Aldas fue contemporánea a Caral pero tuvo una ‘vida útil’ más prolongada, su ocupación llega hasta el esplendor del Imperio Chimú.
7) Huaca Prieta fue descubierta por Junius Bird en la provincia de Ascope en 1900. Se presume que se desarrolló entre los 4000 y 2500 a.c. y consiste en un conjunto de pequeñas casas de piedra y barro semisubterráneas, cuadradas u ovaladas, con estrechas entradas y escalones de acceso. Se encontraron restos textiles de algodón, artefactos líticos, restos de vegetales y especies marinas, además de 33 esqueletos en posición flexionada, cubiertos con esterillas.

3 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Etnocentrismos aparte, por favor.
Los primeros testimonios de escritura aparecen alrededor del año 3000 a.C.; los antiguos sumerios escribían inventarios de los artículos almacenados en los templos, por aquel entonces también surge la escritura egipcia, india, china… después de mil años y algo más los mesoamericanos hacen lo propio. Esto es corroborado por Melvin Ember en “Antropología” 10° Ed. 2002.
Nunca en Sudamérica, sino hasta la llegada de los españoles ¡por qué!
No niego que en el antiguo Perú se haya desarrollado la civilización más antigua de América, sino que tomo esa iniciativa para adjudicarle mayor responsabilidad histórica en el desarrollo de escritura fonográfica. Necesito una explicación coherente carajo! Desinfla tu pecho y piensa frío en esto.

alfieri dijo...

Si pues, desde un punto de desarrollo antropológico, de poco vale que el antiguo peruano haya logrado un desarrollo avanzado en arquitectura, organización de Estado, agricultura, textilería, navegación, cerámica, música, medicina, etc. sino desarrolló la ESCRITURA.

Hay hipótesis que sostienen que los amautas (sabios incásicos) manjeaban un tipo de escritura (un conocimiento no compartido con la masa).

Que los quipus, más que un sistema contable, era una especie de criptografía.

Una teoría alucinante es que los Moches poseyeron escritura (al menos eso sostienen los que cuidan en Museo Larco en Pueblo Libre).

En 2004 escribí un relato de ficción llamado EL CÓDICE DE APAR-NII donde conjeturo que los Chimor tuvieron una especie de escritura(también sugiero que Takaynamo vino de Mesoamérica, de Guatemala específicamente).

La falta de escritura es un handicap relativo. No es consuelo ni chauvinismo pero podríamos decir: MIREN LO QUE PUDIERON LOGRAR LAS CULTURAS ANALFABETAS DEL ANTIGUO PERÚ (incluso su correcto funcionamiento -sin ánimos de sonar ídílico o utópico- puede cuestionar la necesidad de poseer escritura).

Víctor Hugo dijo...

Pero el tema de fondo no es ese en mi comentario


No sé de dónde me sacaste que para la Antropología (actualmente) poco vale no haber desarrollado escritura y sí otras vainas, cuando para la rama dorada es todo lo contrario, pues toma muy en cuenta el tema del relativismo cultural. Por ejemplo, tampoco se inventó la rueda en el Nuevo Mundo, pero se domesticó –sin parangón en el resto del mundo- a un animal para múltiples usos (abono, lana, carne, carga, etc. en un solo animal), se transportaba a lomo de bestia, con troncos o poleas, pues de poco hubiera servido la rueda india en un terreno tan agreste.

La hipótesis de los amautas la escuché miles de veces bajo el sistema educativo plagado de mitos y datos amañados, así como lo de los quipus. Durante el gobierno de Velazco se mitificaba al Perú prehispánico, eso, sumado a la sarta de prejuicios y datos herrados colocados por los historiadores racistas y LDM, han flagelado y sometido a toda interpretación objetiva de nuestra historia, tanto por el lado de los unos como por el de los otros.

La teoría de Rafael Larco de que los Moche tenían escritura pallariforme es otra alucinación del patita, alucinante como tú mismo la llamas. Tb hay garabatos en algunos adobes y se especula que se haya tratado de escritura. Lamentablemente ambos casos adolecen de sustento científico, no se ha llegado a descifrar, en absoluto, ningún relato o palabra concreta siquiera a partir de esas, dizque escrituras.

Celebro el talento y la creatividad de que hayas escrito un relato de ficción. Quiero leerlo por curiosidad ¿dónde lo encuentro?

Es relativo. Respuesta clásica, inteligente, pero no dice nada. Sí es relativo, pero ¿cuál es la explicación? No pretendo que me respondas, sino que sientas lo complejo que es responder ese dilema y por lo tanto interesante y delicioso de abordar (no como enlistar una retahíla de datos que se pueden encontrar en Google). Tampoco es como el caso de la rueda, la escritura es otra cosa y, la moneda de valor intrínseco es otra diferente tb.