lunes, 3 de agosto de 2009

confieso que he leído (tomo I)

En abril del presente año me invitaron como panelista a un conversatorio sobre Cervantes. Uno de los asistentes me preguntó sobre una cifra aproximada de todos los títulos que pude haber leído en mis casi cuarenta años y afirmé, de manera temeraria, que unos trescientos. Sin ánimos de ufanarme sobre una supuesta erudición —que no poseo— y más bien emulando a Borges el bibliotecario quien afirmó: “Me siento orgulloso de los libros que he leído, no por los que he escrito”, realizo esta revisión o especie de censo sobre todos los títulos leídos desde mis inicios como lector. De primer vistazo me sorprendo porque la cantidad —y también la calidad— no es la que yo creía, lo que me obliga en lo que me resta de vida a ser más riguroso con lo que ponga delante de mis ojos, ya que como dijo Menéndez Pelayo: “¡Qué pena morir cuando queda tanto por leer!” 

A SANGRE FRÍA de Truman Capote, basada en la masacre de la familia Clutter en un pueblo llamado Holcomb, a manos de dos desadaptados. Obra maestra que inventó un nuevo género: el Periodismo Literario. ALEPH, EL de Jorge Luis Borges. Colección de diecisiete cuentos extraordinarios. El Inmortal me sirvió de inspiración para escribir Estos pelos fueron castaño oscuro, publicado en este blog. ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO de Ken Kessey, basado en sus propias experiencias en un centro psiquiátrico. A diferencia de la película homónima de Milos Forman, la historia es narrada desde el punto de vista del Jefe Indio. Randle Patrick McMurphy por buen tiempo fue mi alter ego. ALTA TENSIÓN Los cortocircuitos del rock peruano de Pedro Cornejo Guinassi. Repaso del rock en el Perú desde fines de los cincuenta, las bandas de los sesenta, los ‘monstruos’ de los setenta, el silencio y resurgimiento en los ochenta y los que aparecieron en los noventa. Debería el autor, en una segunda edición, profundizar sobre las movidas en provincias (Trujillo, Huancayo, Arequipa, Iquitos, etc). AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA, EL de Gabriel García Márquez. El amor eterno como tema de ficción. La espera de Florentino porque Urbina enviude y poder reconquistarla en la senilidad con 131 cartas de amor. ANALES DEL DEPARTAMENTO DE LA LIBERTAD EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA de Nicolás Rebaza. Libro muy bien documentado sobre los acontecimientos producidos en suelo liberteño en el periodo de la emancipación del Perú —entre 1820 y 1825—. Si bien me parece que el autor es condescendiente con muchos personajes de la gesta, su valor testimonial es indiscutible. ÁNGULO AGUDO, EL Recopilación de los mejores relatos humorísticos de Luis Felipe Angell (Sofocleto) los que, como él asegura, son muy celebrados por su amigo el farmacéutico. ARTE DE LA GUERRA, EL de Sun Tzu. Trece capítulos recolectados por Sun Wu —discípulo del autor— en el 500 a.c. Trata de reglas y consejos útiles para estrategas militares y que hoy sirven de inspiración a gerentes de marketing y ventas, quienes ven el mercado como un campo de batalla. ATALA de René de Chateaubriand. Historia de amor imposible entre el indio Chactas y Atala, la joven india cristiana perteneciente a otra tribu enemiga, debido a un juramento de su madre a la Virgen que le prohibía casarse. Una de las novelas fundacionales del romanticismo del siglo XIX. AURA o las violetas de José María Vargas Vila. El romanticismo al extremo de la necrofilia. Un doncel cuyo nombre jamás se revela, narra su mal de amores por un fémina casada por conveniencia. Cuando ella muere, él llega a su sepulcro en la noche y la la desentierra para abrazar su cadáver, vano intento por poseer lo que nunca será suyo. AVENTURAS DE TOM SAWYER, LAS de Mark Twain. Apología de la travesura, de la picardía infantil, de actuar acometer sin medir las consecuencias, en un pueblo bañado por el Mississippi, a mediados del siglo XIX. No me imagino el castigo que hubiera recibido si me fugaba de casa y luego me aparecía en la iglesia cuando rezaban por mi alma al creerme muerto. No me imagino yendo al cementerio a medianoche o perderme dentro de una caverna —acompañado de la niña que me gusta—, asesinando al indio Joe tras declarar en su contra en un Juicio. No me imagino, pero me hubiera gustado poder vivirlo. A su lado, mi niñez fue un poco monse. AVES SIN NIDO de Clorinda Matto de Turner. Obra precursora del indigenismo donde la trama de dos almas desdichadas enamorándose sin sospechar que son hermanos y, peor aún, hijos de cura, sirve para retratar el abuso sufrido por los indios de parte de blancos y religiosos.  

BEN-HUR de Lewis Wallace. Uno de mis libros ‘tempranos’ (como llamo a todo lo que leí en el lustro 1981-1985, entre los nueve y trece años). Dividido en ocho capítulos, desde la llegada de los Reyes Magos hasta la crucifixión y la milagrosa sanación de la hermana y progenitora de Juda de la lepra. Recién en la Semana Santa de 2005 vería la versión cinematográfica de William Wyler. BERTOLDO, BERTOLDINO Y CACASENO Colección de relatos, los dos primeros de Julio César Croce y el último de Adriano Banchieri. Bertoldo es un joven astuto, su hijo Bertoldino en cambio, es un imbécil pero no tanto, como su hijo Cacaseno. En 1989, Vargas Llosa llamó ‘cacasenos’ a  Alan García y  compañía, causando bastante revuelo, ya que la mayoría creyó que la palabra hacía alusión a la ‘caca’ (lo que en la praxis describe a muchos apristas a la perfección). BIBLIA, LA Lectura parcial de unos libros y total de otros. He devorado en su totalidad del Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Josué, Rut, Samuel I, Samuel II, Reyes I, Reyes II, Crónicas I, Crónicas II, El Cantar de los Cantares, Job, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Macabeos I, Macabeos II (diecinueve en total). Del Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Actos de los apóstoles y Apocalipsis (seis en total). BOB DYLAN de Jordi Sierra i Fabra y Jordi Bianciotto. Biografía desde su nacimiento a 2005 de uno de los cantautores más notables, influyentes y, según el documento, metalizados de la historia. Un genio en constante metamorfosis. El libro me lo prestó mi amigo Juan Carlos González, pero fiel a “más tonto es el que lo devuelve”, permanece en mi biblioteca.

CACHORROS, LOS de Mario Vargas Llosa. El drama de «Pichulita» Cuellar —o  «Pinguita» según la película de Jorge Fons— castrado por el mordizco de un perro feroz. Cuento extenso antes que novela corta. CÁNDIDO o el optimismo, escrito por Voltaire bajo el seudónimo Monsieur le docteur Ralph. Un viajero, mezcla de Gulliver con Quijote, recorre medio mundo en el siglo XVIII. Llega al Perú y tras internarse en los Andes establece contacto con los Incas quienes viven libres, lejos de cualquier influencia española.  CAPITÁN VENENO, EL de Pedro A. de Alarcón. Pincelada de la España Isabelina a través del malgeniado militar Jorge de Córdova, quien acepta a regañadientes ser atendido de sus heridas por la viuda de un general carlista y su hija. CARRETERA A VOLOKOLAMSK, LA de Alexandr Bek. Novela bélica, basada en hechos reales, sobre la resistencia de los soldados soviéticos —o kasakos, liderados por Momish-Ulí— a la invasión alemana en 1941. Novela de ‘culto’, inspiradora de varios combatientes guerrilleros en la década de 1960, rescato de ella dos frases: “¡Uno no viene al a guerra a morir sino a vivir!” y “La patria no es la tierra, no es la nación, es tu casa, tus seres queridos y por ellos debes combatir”. CASA DE CARTÓN, LA, escrita por Martín Adán a los dieciséis años. Evocación nostálgica del Barranco balneario y con atmósfera de la Belle Époque a través de los ojos cándidos de un imberbe melancólico. CASA TORCIDA, LA de Agatha Christie. Aristides Leonides es un magnate griego que se establece en Londres y manda edificar una ‘casa torcida’, extraño palacete donde habita con su familia. No revelaré que su asesino resulta nada menos que su pequeña nietecita quien lo envenenó porque se oponía a sus clases de ballet. CASINO ROYALE de Ian Fleming. Primera novela de James Bond. En vez del espía duro que nos ‘vendió’ la pantalla grande, nos encontramos con un hombre enamoradizo que ante el cadáver de su amada Vesper, enuncia ante el teléfono una frase final llena de dolor: “¡Sí, maldita sea, ‘era’! ¡La muy perra ha muerto!” CASO CRISTO, EL de Lee Strobel. Abogado y periodista quien de manera científica intenta demostrar la divinidad de Jesucristo. El ejercicio no dejar de ser interesante e ilustrativo, a pesar que el papel de Strobel como ‘fiscal objetivo’ deja mucho que desear. El libro llegó a mis manos gracias a mi primo Tito, quien asegura que su lectura le brindó la paz espiritual que como hombre de ciencia necesitaba. CELESTINA, LA atribuida a Fernando de Rojas. Historia de amor entre Calixto y Melibea que necesitan del concurso de la Celestina, una vieja ramera, para concertar sus citas clandestinas. Igual de trágica pero más divertida que Romeo y Julieta. Volví a releerla a los veinte años de salido del colegio y disfruté con verdadero deleite de su retórica. CINCUENTA Y TANTOS LIBROS QUE TODO PERUANO CULTO DEBERÍA LEER, LOS elaborado por Agenda Perú, Pontificia Universidad Católica y la revista Caretas. Atinada selección de 52 textos de reconocidos historiadores, ensayistas y pensadores que han intentado interpretar qué carajo es el Perú. CIEN AÑOS DE CINE EN EL PERÚ Una historia crítica de Ricardo Bedoya. Revisión eficiente de todas las producciones cinematográficas —si no se escapa ninguna— realizadas en el Perú hasta 1992. Como para taparle la boca a Armando Robles Godoy cuando afirmó que si el cine peruano desapareciera, no pasaría absolutamente nada. CIEN AÑOS DE SOLEDAD de Gabriel García Márquez. Aguardé mucho tiempo, casi toda mi vida, para leer una novela que para América Latina está a la altura de El Quijote para España, y no me arrepiento. Seguro de joven lo hubiera comprendido, mas no disfrutado con la plenitud, cultura y criterio que te brinda frisar los cuarenta y rendirte ante lo que de lejos es una obra maestra absoluta, tanto en historia —o cúmulo de historias—, como en estilo narrativo. ¡Maldito, Melquiades!  CINE, ARTE E INDUSTRIA, EL de Carlos Barbáchano. Análisis situacional del cine el el mundo —a mediados de la década de 1970— y su papel en la industria del entretenimiento. CINE CONTEMPORÁNEO de Román Gubern. Análisis del cine como expresión narrativa y como espectáculo, así como la obra de reconocidos cineastas como: Bergman, Bertolucci, Buñuel, Fellini, Godard, Kubrick, Losey, Pasolini, Polanski, Rocha, Rosi, Rossellini, Saura, Truffautt, Visconti y Welles. CINE MUNDIAL EN TIEMPOS DE GUERRA (1930-1945), EL de Miguel Barbachano (nada que ver con Carlos). Recuento de una etapa decisiva en la historia del cine (principalmente en Alemania, Francia, Estados Unidos, la Unión Soviética y México) entre el Crack de Wall Street y el fin de la Segunda Guerra. CIUDAD DE LOS TÍSICOS, LA de Abraham Valdelomar. Novela corta que leí para el curso de Lenguaje, allá por 1985, y que me fascinó al imaginarme un punto inexacto en los Andes, poblado de seres tan moribundos como enigmáticos, cuyo único propósito es sobrevivir a cada invierno. CIUDAD Y LOS PERROS, LA de Mario Vargas Llosa. La gran novela de la literatura peruana. Sorprende la manera como se yuxtaponen distintos puntos de vista, creando una historia coral donde parece que El Poeta es el protagonista, pero al final termina eclipsándose ante la fortaleza del personaje de El Jaguar. Escribí en Entre Alacranes un post epílogo de la obra titulado El Perro. CÓDIGO DE HONOR DEL MARQUÉS DE CABRIÑANA de Sofocleto. Sátira presentada a manera de código de leyes —con capítulos, artículos y notas de pie— sobre las formas en que dos caballeros deben entablar un duelo de honor. CÓDIGO DA VINCI, EL de Dan Brown. Novela tramposa y oportunista, engaña-gringos de escasa erudición, cuyo relato policial es ridículo y plagado de errores groseros. Robert Langdon a lado de un Sherlock Holmes es un retardado. Superior es la versión cinematográfica de Ron Howard que suprime varios baches lamentables. COJUDOS, LOS Obra maestra del humor. Gonzalo Tapia, mi gran amigo, decía que Sofocleto pasaría a la historia por este libro en que dividía a los peruanos entre cojudos y pendejos. Tiene para mí la mejor dedicatoria que he leído en libro alguno: “A mi abuelo don José de Lama y Arizmendi, quien perdió La Brea y Pariñas de puro cojudo”. CONQUISTA DEL PERÚ, LA publicado en 1847 por el historiador William Prescott. la edición que leí poseía unas ilustraciones —estampas— de españoles con armaduras masacrando indios semidesnudos. No difiera en nada con la ‘historia oficial’ departida en los colegios: los 13 del Gallo, los 168 españoles conquistadores de un Imperio, la captura de Atahualpa tras botar una Biblia, etc. CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL No sé si la mejor novela de Vargas Llosa, pero sí la más voluminosa. Lo que no tengo dudas es que la frase: “Zavalita, en qué momento se jodió el Perú”, es la más memorable de la literatura peruana. CONFESIONES DE UN PUBLICITARIO de David Ogilvy, uno de los gurús de la publicidad. Fiel a su estilo irónico y poco convencional para redactar, nos cuenta cuales fueron las razones de su éxito en Madison Avenue. CONFESIONES DE UN VISITADOR MÉDICO de José de Lugo. Lecciones de un español para alcanzar el sueño americano. Repleto, de máximas, ilustraciones y tributos al Quijote, un libro de frivolidad aparente, pero seguro más útil que cualquier basura de autoayuda y liderazgo. COPA DEL MUNDO, LA Memorias de Jules Rimet como presidente de la FIFA. Narra los inicios del organismo pelotero, así como la organización de los primeros cinco mundiales. El libro lo adquirí en 1987 de un ambulante de la Avenida Grau en Lima. CRÍMENES DE LA CALLE MORGUE, LOS de Edgar Allan Poe. El relato más famoso de Auguste Dupin, el primer detective de la literatura —inspirado en el inspector Vidocq quien existió en la vida real— que da título al libro y dos relatos más de célebre personaje, gustándome particularmente El misterio de Marie Rogêt y su fascinante final abierto. CRÓNICA DE SAN GABRIEL de Julio Ramón Ribeyro. Primera novela de un escritor más valorado como cuentista. Publicada en 1960, según su propio testimonio la escribió de un tirón en la más completa soledad, durante un invierno muy crudo en Munich. Consta de 24 capítulos. Narra las vivencias de Lucho, un joven limeño que se hospeda en la hacienda de unos tíos en la sierra liberteña, lo que le permite conocer la realidad del Perú profundo. En la segunda hoja, Ribeyro nos entrega un retrato mortecino del Trujillo de esa época. CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA de Gabriel García Márquez. Reconstrucción novelada de un hecho real donde todo un pueblo se entera que van a asesinar a Santiago Nassar —sindicado como culpable de arrebatarle la virginidad a Ángela Vicario— menos la víctima. Las cartas que luego Ángela escribiría cada semana a Bayardo San Román, recuerdan a las cartas que Florentino le escribe a Urbina en El amor en los tiempos del cólera. CRÓNICAS DE SONCHANTRE de Álvaro Cunquiero. Clásico de la literatura gallega que narra los viajes de un sonchantre por Bretaña en compañía de muertos en tiempos de la Revolución Francesa. CRUCIFICCIONES de Alfieri Díaz. ¿Qué chiste tiene colocar en lista un libro de propia autoría? Todo el derecho si se toma en cuenta las relecturas y correcciones a las que los relatos fueron sometidos por varios años. CUADERNOS DE DON RIGOBERTO, LOS de Mario Vargas Llosa. Novela groseramente mediocre. Continuación de Elogio a la Madrastra que no he leído pero según comentarios parece que no me pierdo de mucho. Como dice Marco Aurelio Denegri: “Varguitas quiere escribir arrecho pero no le sale”. CUANDO LOS MARISCALES COMBATÍAN de Francisco Vegas Seminario. Novela publicada en 1959 que resalta la figura del Mariscal La Mar comparada a los demás caudillos que cosecharon la Independencia del Perú y que durante lustros guerrearon entre sí por sus ansias de poder. CUENTO DE NAVIDAD de Charles Dickens. No sólo el mejor relato navideño —combinación entrañable de tres fantasmas y un avaro, también la joya literaria más veces adaptada a la pantalla grande. Uno de los primeros libros que leí en mi vida, según mi fantasma de las navidades pasadas en el lejano 1980. CUENTOS MALÉVOLOS de Clemente Palma. De raza le viene al galgo y esta colección de relatos oscuros del vástago de don Ricardo, influenciados por Allan Poe, son resaltables. 

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