rock biopics

La vida de las personas famosas fascina a quienes no lo son. Muchos artistas del rock’n’roll siguen siendo populares a pesar de llevar cuatro décadas bajo tierra. Más que ídolos, son iconos culturales, patrones de comportamiento para muchos, incluso para quienes no habían nacido cuando ellos habían muerto. La vida de las estrellas es básicamente un encuentro muy duro con la Fama, desencadenándose en una vorágine de sexo, drogas y alcohol y el cine ha recreado varias de ellas, algunas buenas, otras no tanto, algunas fieles, otras muy desatinadas. He aquí un puñado de biopics que más que contadas, merecen ser cantadas.

Birth of The Beatles está enfocado está enfocado en los primeros años de la banda, cuando vagabundeaban por Liverpool y recalaron en Hamburgo, sobre la muerte de Stutcliffe y el marcado liderazgo de Lennon (“¿A dónde vamos, chicos?”, pregunta y los demás responden: “¡A la cima, Johnny!”), el retorno a Inglaterra y la expectoración de Pete Best (dicen por envidia, ya que era quien tenía más jale con las chicas), el aporreo de la batería por parte de Ringo para acallar a las chicas que exigían en retorno de Best. El mismo formato de telefilme se repetiría en In His Life: The John Lennon Story que se centra en la vida de este beatle. Creo que la mejor versión sobre los ‘Fab Four’ ha corrido a cargo de Los Simpsons en el inolvidable capítulo de Los Borbotones. 

The Rose (tuve por años el afiche de la película pegado en mi cuarto) es un biopic ficticio, inspirado muy libremente —o promocionada así para garantizar su éxito comercial— en la vida de Janis Joplin. Bette Midler no interpreta a una cantante de kozmic blues sino más bien a una artista pop propia de fines de la década de 1970. El argumento toma de la vida de Janis la adolescencia difícil en un pueblo pequeño y la terrible soledad cuando le llega la fama y la búsqueda desesperada de un algo a que aferrarse. La toma inicial, que vuelve a repetirse al final, del garaje con un collage de fotos de revistas pegadas en la pared es metáfora de esa angustia.

Sid & Nancy es un filme controversial. Los seguidores del punk lo aman y lo detestan por igual. Más una ‘drug’ movie que una ‘rock’ movie, la trama no se centra en los Sex Pistols, sino en los amores de Sid Vicious (Gary Oldman) —máximo símbolo del punk— con Nancy Spungen (Chloe Webb), una relación destructiva que, al igual que Romeo y Julieta, es imposible salir con vida.

La Bamba se basa en la incipiente carrera del chicano Ritchie Valens (Valenzuela) y su inesperado deceso cuando empezaba a saborear las mieles de la fama, en el mismo accidente aéreo que le costó la vida a Buddy Holly (el primer gran rocker caído). El cover a cargo de los Lobos fue uno de los soundtracks más exitosos y difundidos en la década de 1980.

Big Balls of Fire pone a Dennis Quaid en el pellejo de Jerry Lee Lewis, uno de los pioneros del rock'n'roll, famoso por sus excesos y aporrear el piano como un animal —Charly García dixit—, llegando incluso a prenderle fuego en sus presentaciones. A punto de llegar a la cúspide, en su gira por Londres, la prensa  revela el ‘inocente’ pecado de estar matrimoniado con su prima Myra (Winona Ryder) de 13 años y eso conlleva que su carrera se venga abajo por los puritanismos de la época. Uno de los que le pide que se arrepienta de sus faltas, es nada menos que su primo, Jimmy Swaggart (Alec Baldwin), famoso pastor evangélico quien llegó a tener su programa televisivo, pero destruyó su ‘carrera’ cristiana al confesar ante cámaras y entre lágrimas mantener relaciones con una prostituta.    

The Doors es una cinta despreciada por muchos ‘puristas’ (Percy Subauste me dijo alguna vez: “Cómo un actor con nariz de chancho puede interpretar a un hombre tan hermoso como Jim Morrison, y peor aún, que se atreva a usar su voz para cantar”). Considero, al igual que otros filmes de Oliver Stone —JFK, Nixon, Natural Born Killers— es un documento cargado de información, no sólo de la banda sino como retrato de su tiempo. Los miembros sobrevivientes (Manzarek, Krieger, Densmore) participaron en la construcción del guión que sigue el esquema «Vida-Pasión-Muerte» de varios biopics, pero no por utilizado hasta el cansancio deja de ser un recurso valedero. Con nariz de chancho o no, Val Kimer ofrece el mejor papel de su carrera.

What’s Love Got to Do With It se basa en la autobiografía de Tina Turner. La trama de A Star is Born se reproduce en la vida real. Tina (Angela Bassett) es una chica anónima que al enamorar y contraer matrimonio con el reputado músico Ike Turner (Laurence Fishburne), éste no tardará en convertirla en estrella mundial. Sin embargo, el crecimiento de la artista opaca a Ike, quien responde humillándola psicológicamente, metiéndole goma de cuando en cuando y luego seguido-seguido. Después de harto maltrato, Tina consigue —¡por fin!— separarse de su esposo, quien le lanza una última maldición: “Tú sin mí no eres nadie”. El éxito de 1984: What’s Love Got to Do With It (con un videoclip también biográfico) demostró todo lo contrario.

Tango Feroz uno de los primeros rock biopics fimados en América Latina y sirvió para dar a conocer la leyenda de José Alberto Iglesias Correa, más conocido como Tanguito. La versión de Piñeyro es bastante benévola, muestra a un joven (Fernan Mirás) entregado a la música y a sus convicciones, cuando en verdad se trató de un sujeto incoherente, conflictivo, intratable y disasociado de la realidad. La película trata su problema con las drogas, su amor por Mariana (Cecilia Dopazo), su musa y amante, su amistad con Moris (encarnado por Antonio Birabent, hijo del mencionado cantante), su internamiento en el hospital psiquiátrico Borda y su muerte en los rieles de la Estación de Palermo.  

Why Do Fools Fall in Love es otro filme con título de canción, el único éxito de The Teenagers, número uno de las listas radiofónicas en 1956. En ese entonces, Frankie Lymon, líder y vocalista, contaba con trece años y, como tantos imberbes, no estaba preparado para ser famoso. Continuos problemas con las drogas ocasionaron que su carrera terminara a los dieciocho y su muerte a los veinticinco. La película, ambientada en 1992, trata de la disputa legal entre tres mujeres que afirman ser las esposas de Lymon y luchan por las regalías por los derechos de autor de la bendita canción. Dirigida por Gregory Nava, quien previamente había filmado Selena (biopic sobre Selena Quintanilla, la cantante de tex-mex que anhelaba cantar como Donna Summer), que sirvió para afirmar la carrera de Jennifer Lopez.  

Hendrix a cargo del cubano León Ichaso —también realizador de El cantante, sobre la vida de Héctor Lavoe— es un telefilme que a pesar de sus intentos por plasmar con absoluta fidelidad la vida de Jimi, desde sus pininos con Little Richard hasta la formación de The Experience con Mitchell y Redding, el formato hace quer al final la película se vea bastante ‘plana’ y distante, algo imperdonable si consideramos que se habla nada menos que del mejor guitarrista de la historia. 

Hysteria: The Def Leppard Story se centra en los graves problemas que acarrean la fama y la fortuna: el quiebre de los vínculos humanos, el exceso, la egolatría. La película principia con la formación de la banda en Sheffield, la popularidad cuando fueron considerados los líderes de la New Wave of the British Heavy Metal, el despido del guitarrista Pete Willis por problemas de alcoholismo, la pérdida del brazo del baterista Rick Allen y llega hasta la muerte en 1991 del guitarrista Steve Clark, víctima de la combinación de fármacos con alcohol.

Ray quizá sea una de las mejores biografías musicales llevadas a la pantalla grande. Basada en la vida de Ray Charles, su cúmulo de éxitos tras tomar un bus en Florida para convertirse en protagonista de la escena jazzística de Seattle, a la par de sus múltiples fracasos personales a causa de las drogas y las faldas. A medida que el cantante avanza hacia su destino triunfal, la película lo reencuentra con su infancia, la muerte de su hermano George y su ceguera paulatina al cumplir los cinco años. Jammie Foxx ganó el Oscar a Mejor Actor por su interpretación. 

I'm Not There es un tributo a Bob Dylan, el más importante de los cantautores americanos. Cada etapa de su camaleónica carrera es interpretada por un actor distinto: Marcus Carl Franklin, un adolescente grone, de cantante de blues se convierte al folk luego de visitar en un hospital psquiátrico a Woody Guthrie; Christian Bale es el primer Dylan, el de Blowin' in the Wind, el que enamoraba con Joan Baez  y con los años se convertirá en el cristianismo (Dylan es de origen judío); Heath Ledger es el Dylan ‘actor’; Richard Gere es uno de sus alter ego, Billy the Kid; Cate Blanchett es el Dylan electrificado, el andrógino perdido en el glamour de Londres (esta es la etapa más fascinante de Dylan hasta que sufre su accidente lamentable en motocicleta). Es un filme extraño, defenestrado por muchos, entre ellos me imagino mi gran amigo Gonzalo Tapia, el mayor dylanista que he conocido, pero no deja de ser interesante.

Cadillac Records más que un biopic, una crónica de cómo el blues evolucionó en la década de 1950 hasta convertirse en rock’n’roll, gracias al establecimiento de la casa de discos Chess Records, propiedad de Leonard Chess (Adrien Brody) un blanco con la visión para otear el futuro comercial de la música negra, lanzando la carrera de Muddy Waters, Little Walter, Howlin’ Wolf, Etta James y Chuck Berry.