lunes, 11 de enero de 2010

réquiem por el rock (en trujillo)

Alguna vez, en un tiempo pretérito, había una ciudad llamada Trujillo que gustaba del rock, como tantas en el Perú y América Latina.

El rock era moda y como tal se apoderó de los diales entre las décadas de 1960 a 1990. La música criolla, el bolero, las guarachas, fueron desterrados de los gustos juveniles, al igual que las radionovelas. A pesar de los esfuerzos del velascato, el rock se apropió de la radio AM y FM. En los años sesenta estaba la Nueva Ola y otros ritmos a go-go. En los setenta, la música disco, el funkie y también Peter Frampton y los Shocking Blue. En los ochenta, el A.O.R., new wave y el metal (en su versión glam para teenagers).Yo nací en 1971 y crecí con el rock, por ende era y soy rockero. De bandas como Toto, The Police, Queen, pasé a AC/DC, Iron Maiden, Scorpions y luego a Led Zeppelin, Jethro Tull, The Doors, Pink Floyd. El otro género predominante era la balada en castellano. Camilo Sesto, Julio Iglesias, José Luis Rodríguez, estaban en su apogeo. También tenían espacio Los Iracundos, Los Ángeles Negros, Leo Dan, a pesar de que venían de otro tiempo. Incluso en varios bloques, el rock, el pop y la balada convivían sin ningún problema. Podías escuchar, por ejemplo, What A Feeling de Irene Cara, después I Love Rock’n’roll de Joan Jett y a continuación Sólo pienso en ti de Guillermo Dávila. La mezcla, aunque no lo crean, no sonaba disparatada. Eran tiempos anglófilos. La mayoría de éxitos eran en inglés. El castellano era para las baladas, no para el rock. A mediados de la década de 1980 Charly García, Miguel Ríos, El Tri abrirían la brecha para el rock en nuestro idioma.

La salsa, la cumbia, la chicha, eran ritmos marginales, lumpenescos, no tenían cabida en los medios masivos, salvo una que otra radio AM. Entre 1984 y 1985 la chicha comenzó a ganar un merecido espacio gracias a los Shapis. Les seguirían El Supergrupo, los Superamigos, Pintura Roja, Vico y su grupo Karicia, los Biochips. La apertura a la chicha dio cabida a la cumbia, por primera vez se escuchaba Armonía 10 y el Grupo 5 —que años atrás ya habían incursionado en la balada con No pongas ese disco—, aunque todavía estaban lejísimos de alcanzar la popularidad de dos décadas después. La salsa también comenzaría a ganar espacio. Lo que no pudo la salsa ‘dura’, la del Gran Combo y La Fania All Stars, lo logró Rubén Blades con Decisiones, el primer hit salsero que en 1984 se hizo popular en todos los estratos sociales. De ahí siguió la salsa colombiana de los Latin Brothers —apertura para Niche y Los Titanes— y la llamada salsa ‘sensual’, la de Eddie Santiago o de Hildemaro, la que hablaba de cuartos de hotel y devorarse otra vez. La radio ‘oficial’ que por largo tiempo le había dado la espalda a los ritmos latinos, derribó su política de ‘no salsa’, que incluso era anunciada abiertamente por algunas estaciones, y permitió que otros ritmos latinos como el merengue, la bachata, el ‘protoreggaeton’ (el del General, Vico C, Lisa M) equilibrara los contenidos en la programación. Los gustos musicales estaban cambiando, aunque al rock todavía le quedaban restos para defenderse con Metallica, Guns n’ Roses, U2, Red Hot Chili Peppers, Nirvana, Pearl Jam, Radiohead.

Cuando en 1995 Radio Panamericana, la emisora que funcionaba como termómetro de los gustos musicales de la juventud peruana, decidió dejar de ser una radio pop y convertirse en una radio salsera, el rock quedó herido de muerte en la radiofonía local. El género todavía gozaría de un lustro más de popularidad gracias a Aerosmith, Oasis, Alanis Morrisette, Wallflowers, pero ya nada sonaría igual. La crisis de 1998 provocó que muchas radioemisoras desaparecieran —entre ellas Antena Norte, la única radio rock de Trujillo— o simplemente buscaran un salvavidas mutando hacia un género más rentable, no la salsa que también se había desgastado sino hacia la cumbia peruana —la tecnocumbia de los tiempos del fujimorato— y el incipiente reggaetón que antes de tomar por asalto las radios ya era un fenómeno masivo marginal.

La primera década de este milenio debe haber sido la más pobre en sesenta años en cuanto a producción de rock. Como el punk en su momento, el grunge fue un movimiento que intentó revitalizar un género que hoy parece muerto. Aparte de los White Stripes, no ha aparecido otra banda que le otorgue protagonismo a la música más influyente y masiva a nivel mundial. El prolongado revival a la década de 1980 es una prueba de ello. Con Zeta Rock & Pop fuera del aire, Trujillo se ha quedado sin rock, ahora en el dial manda nuestra cumbia. No necesito ser musicólogo para concluir que las nuevas generaciones han perdido con el cambio.

4 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Mejor ahora voy a escuchar música positiva de la naturaleza.

B3 dijo...

Q.E.P.D y D.D.G, y como siempre (cual discurso de funeral) los vivos somos los que sufrimos.

Anónimo dijo...

Interesante.....usa un iPod y sigue gozando

betico dijo...

Excelente maestro,que buen repaso del fenomeno musical en nuestro pais, has hecho que me acuerde de epocas remotas, yo nací a mediados de la decada del 70 y crecí escuchando buen rock que obviamente salia de Radio Panamericana y hasta asistí a una que otra MAS MAS siendo aun un niño, coincido totalmente que el cambio de radio panamericana fue una puñalada certera en el corazón rockero del país alli empezó nuestro calvario, confieso que con el paso de los años he aprendido a digerir otros generos como la cumbia, vamos quien no ha bailado musica del grupo 5 con botella en mano en algun matri, fiesta de fin año o graduación pero bueno este es otro asunto.
Creó es necesario un equilibrio de generos musicales en nuestro alicaido dial provinciano mas ahora con la salida de zeta rock and pop, no queda otra que seguir escuhando musica por internet.
ojala alguien nos escuche y se haga el milagro de repente radio doble nueve de lima se expande a provincias a esperar no mas.