El
50º Aniversario del Concurso Nacional de la Marinera coincide con la primera
denuncia mediática —vía Nicolás Lúcar y Frecuencia Latina— de supuestos manejos
ilícitos en su organización y en el manejo del Club Libertad. Estas supuestas
corruptelas no son novedad. Durante años han sido la comidilla de la sociedad
trujillana, voz de la calle en jirones y plazas, empero sólo algunos cuantos
alzaron el tono o se atrevieron a hacer una denuncia en un medio local. Los
trujillanos somos expertos en el maleteo y la burla silenciosa, lo hacemos a
sabiendas que el silencio es una forma de contubernio.
Hace
muchos años que el Concurso ha sido monopolizado por una prestigiosa familia de
la urbe. Propietarios de varios medios de comunicación —Radio Libertad, Stereo
Diplomat, un líbelo y su página web— han salido a calificar la denuncia como un
‘complot contra la marinera’ y por supuesto han despotricado contra quienes han
alzado su dedo acusador.
Personalmente,
dudo que artistas de la talla de Gerardo Chávez quieran complotar contra
nuestra danza tradicional. Opino más bien que la denuncia recoge el sentir de
muchos trujillanos que se rindan cuentas claras sobre una celebración que, ante
el declive del Festival de la Primavera, se ha vuelto en la más importante y
reconocida de nuestra ciudad, redituando generosos dividendos.
En
estos momentos en que la honorabilidad de una familia es cuestionada
públicamente, sería idóneo que ellos mismos den pase a una comisión
investigadora independiente que inquiera sobre los manejos del Concurso y del
propio Club Libertad en los últimos años. Esa sería una acción de transparencia
institucional que hablaría de ellos muy bien, acallaría los rumores de la calle
y les daría tranquilidad de accionar, pues como diría Alan García: “quien no la
debe, no la teme”.
Yo
no soy socio del club, ellos son los llamados a exigir una investigación,
tampoco participo en ningún complot u obedezco a móviles políticos o
pecuniarios. No tengo ninguna prueba sobre manejos turbios. Sin embargo,
lamento como trujillano que el Club Libertad, institución con más de 120 años
de antigüedad, haya perdido el lujo y boato que alguna vez conocí. Hoy, sus
instalaciones vetustas producen lástima en vez de orgullo, a causa de la
dejadez y el abandono.
El
Club Libertad que conocí en mi niñez era todavía punto de encuentro de la
sociedad trujillana. Recuerdo su buena cocina, el Snack Bar, la sauna y, sobre
todo, el bowling —que en ese entonces no le decíamos ‘bowling’ sino ‘boliche’—,
acaso el único que tuvo esta ciudad alguna vez. De todo eso queda muy poco. Las
piscinas, las canchas de tennis, basketball, fulbito, carecen de mantenimiento,
al igual que lo que queda de áreas verdes.
No
tengo idea de cuánto recauda el Concurso de la Marinera en auspicios,
inscripciones, fiestas, peñas, venta de entradas, etc., pero por lo menos debe
ser un cuarto de millón de dólares (y me quedo corto). Si a eso le sumamos el
alquiler de las instalaciones a eventos sociales (a las infames fiestas chicha
que organizaban los domingos y fueron prohibidas bajo decreto municipal), a
olimpiadas de todo calibre, a los campeonatos inter-empresas, etc., el club
tendría fondos de sobra para remozarse y proyectar una mejor imagen que la que
luce ahora; lamentablemente no es así.
Reitero,
no soy socio ni tengo espíritu boicotero, pero como buen trujillano me gustaría
que el Club Libertad salga del marasmo en que se encuentra y recupere su
prestigio de antaño, que vuelva a ser centro de la sociedad durante todo el año
y no sólo un par de semanas en enero. No tengo intención de cuestionar la
honorabilidad de la familia Burméster, pero a mis ojos ajenos le quedan claros
que es muy poco lo que han hecho por el club. Después de veintitantos años de
manejo, sería apropiado que las riendas de la institución pasen a otras manos.
5 comentarios:
¿más de veinte años un club en manos de una sola familia? ¿no hay elecciones anuales acaso o no hay gente que se anime a postular por no desairarlos? hum...
ojalá se resuelvan las cosas y que las críticas sirvan para mejorar el festival. no soy trujillana y como que tengo la pata medio tiesa para mandarme una marinera norteña, pero reconozco que es muy festiva y muchísimo más incentivadora que la marina limeña
buen post, fierro. te creo cuando dices que no andas de complotador ni boicotero en contra de la marinera. que no jodan y que rindan cuentas y que la marinera siga adelante
sorry, quise decir "marinera limeña"
Falto aquella memorable frase tuya -o al menos recogida por ti, cual si fueras un Ricardo Palma pajero- de que los Burméster son la única familia que sólo trabaja una semana al año ;)
Un abrazo, buen post
La frasecilla no es de mi autoría, pero parece que es el sentir de la voz de la calle y... de la Internet. Hoy entré a Facebook y me invitaron a hacerme fan de FUERA LOS BURMÉSTER (normalmente no me hago fan de nada en Face...).
Fernando Burméster fue presidente del Club Libertad en el período 1981-1989 y luego de 1995 hasta la fecha... 23 años acumulados en total. Más que cualquier presidente de la institución anteriormente, más que cualquier presidente del Perú.
jajajaja oye fierro, recién me doy cuenta que en el título del post usas el vosotros
la última vez que te leí algo así fue cuando saliste todo despeinado a poner el parche cuando afirmaste haber conocido un vitral que se hizo añicos mucho antes que nacieras, jajajaja "dejad que me defienda..." o algo así, ajajajajaja ay fierro, me carcajeo de lo lindo contigo, hummm a veces, no siempre
qué viva el departamento de lambayeque, con su capital chiclayo... ooops, me equivoqué, pensaba en marineras norteñas y me vino eso a la mente, perdonen la pequeñez... pero síganle, que se vaya la familia esa, cambio, cambio, cambio
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