sábado, 27 de febrero de 2010

diciconario del fútbol peruano

En el Perú, el fútbol no sólo es pasión, es expresión de idiosincrasia, y cuenta como tal con un puñado de palabras acuñadas alrededor de este deporte en los sectores populares. Paso revista de varias de ellas, seguro de que jamás formarán parte de ningún diccionario, pero siguen y seguirán sonando fuerte en estadios, parques, patios, calles, callejones o en cualquier espacio idóneo para que rebote un balón.

ARQUERO JUGADOR: Dícese en el fulbito del arquero que tiene licencia para moverse por todo el campo o, en algunos casos, hasta media cancha. La figura se da cuando uno de los equipos cuenta con un jugador menos y el arquero pasa a ser un ‘jugador más’ mientras que el arquero adversario por contar con gente, está ‘condenado’ a quedarse ‘fijo’ en la portería.

BARRER: Jugada defensiva. Consiste en lanzarse con los dos pies estirados en pos de la pelota o el pie del rival. Si el defensor consigue impactar el esférico sin golpear al adversario, se le llama barrida ‘limpia’, si por el contrario se lo lleva de encuentro, es falta y por ende se hace acreedor de una sanción. Como se dice en el ambiente futbolero, “pasa la bola o pasa el jugador, nunca los dos”.

CABREAR: Anacronismo muy popular entre las décadas de 1960 y 1980, luego cayó en desuso. Sinónimo de driblear o gambetear, es decir, eludir a un rival o varios rivales en base de habilidad con el balón pegado a los pies. La ‘cabreada’ de Maradona a los ingleses en México 86 le valió para que su anotación sea considerada la mejor de todos los mundiales. En el Perú hemos tenido grandes cabreadores. En Alianza, Cueto y Cubillas. En el Muni, Sotil y el ‘Flaco’ Malásquez. Actualmente, el ‘verbo’ cabrear ha sido reemplazado por ‘llevar’.

CALICHÍN: Dícese del infante o del adolescente del ‘polluelo’ en plena formación para convertirse en jugador de fútbol. Regularmente pertenece a las divisiones menores de un club o institución deportiva.

CAMOTITO: Práctica de pelota entre tres o más personas. Consiste en que dos o más jugadores se pasan y dominan el balón entre sí, mientras que otro intenta arrebatarles la pelota, si lo logra, quien haya perdido el dominio pasa a intentar a arrebatarle el esférico a los demás. En Trujillo y balnearios conocemos el juego como ‘chivito’.

CIRUNTA (tener): Es decir, tener cintura, que es una forma de quebrar o quitarse la marca rival al cambiar de dirección con un movimiento de cadera.

CHALACA: Jugada espectacular que consiste en lanzarse de espaldas en forma de tijera con la pierna en alto, ya sea para anotar un gol o para despejar defensivamente el balón. La maniobra a nivel mundial es conocida como ‘chilena’ ya que fueron los mapochos quienes la practicaron por primera vez en un torneo internacional; sin embargo, hay quienes afirman que la jugada es oriunda de El Callao y fue un team chileno que, al igual que la paternidad del pisco, se la copiaron tras disputar un match contra el Atlético Chalaco. Otro despojo más...

CHIMPÚN: Peruanísima definición para calzado de fútbol. Asimismo, los toperoles en esta parte del orbe se les denomina ‘cocos’. En la década de 1980, antes de la apertura de los mercados y la invasión de los chimpunes Adidas, Nike o Puma, nuestra marca lorcha eran los populares Febo.

COJA (pateó con la): Dícese cuando un futbolista patea con su pierna menos hábil, haciendo que el disparo al arco salga débil o desviado. Tara común en muchos delanteros, tiene mayor incidencia en el pelotero peruano quien es incapaz de adiestrarse para volverse ambidiestro.

FULBITO: Práctica deportiva muy extendida a lo largo de nuestra geografía a causa de la escasez de áreas verdes y la incapacidad —o pereza— de jugar fútbol de verdad. Cáncer para muchos del balompié nacional porque se juega en losa de cemento y porque degenera en fulvaso, es decir en borrachera cervecera. Muchos futbolistas ‘profesionales’ han sido sancionados por sus respectivos clubes al ser ampayados jugando este ‘deporte’. Su nombre es un grosero diminutivo de ‘fútbol’. A diferencia del futsal (fútbol sala) que es una disciplina reconocida por la FIFA —mientras que al fulbito no se le reconoce ni mierda—, se juega con seis jugadores en vez de cinco y los goles deben ser de área o de media cancha, no de cualquier parte del campo. El torneo de fulbito más prestigioso del Perú es el Mundialito de El Porvenir.

FULBO: Alusión despectiva sobre el nivel del fútbol peruano en general, sobre todo a la lentitud y torpeza de nuestro torneo local comparado al de otras ligas más competitivas.

FÚTBOL CHACRA: Modalidad en la que ‘todo se vale’. Mezcla de rugby y catchascán, se busca más patear la pierna del adversario que el propio balón. Es improbable que los equipos terminen con sus once jugadores en pie.

FÚTBOL MACHO: Sobrenombre de la Copa Perú, torneo en el que compiten los equipos provincianos en pos de alcanzar un cupo en el Descentralizado. Hubo una larga época en que la Finalísima de la Copa Perú se definía en enero de cada año entre los seis mejores equipos, con espectaculares y coloridos tripletes en el estadio Nacional. En la actualidad, sólo dos equipos por eliminatoria directa llegan a la Final y el título se define en partidos de ida y vuelta.

FÚTBOL RÁPIDO: Esperpento de (feliz) corta duración en el Perú. Parecido al fulbito, se jugaba en una cancha con paredes en los cuatro costados, teniendo las porterías ‘empotradas’ en las paredes frontales. El apelativo ‘rápido’ se debía a que no habían saques laterales ni tiros de esquina, la pelota rebotaba en el muro y se seguía jugando (podías hacer autopases con la pared). Popular a mediados de la década de 1980, fue bastante promocionado por Chumpi, Chale, Baylón y otros cracks en retiro.

GOL VISTO: Dícese del gol que se anota sin que genera dudas. Más que en las canchas de fulbito cuyos arcos carecen de red, el término se usa en los partidos a orilla de playa donde los arcos se hacen con dos montículos y las anotaciones para ser ‘vistas’, deben hacerse a ras de la arena.

HUACHA: Jugada en la que se ‘lornea’ a un rival pasando la pelota entre sus propias piernas. Es una jugada humillante, que hiere el orgullo, es natural que luego termine en falta de quien la recibe. En Argentina y otros lares se le conoce como ‘túnel’.

LAUCHERO: En fulbito callejero o de colegio, dícese de aquel jugador malísimo que es enviado a la delantera para ver si de casualidad o milagro la emboca en el arco contrario. Muchas veces el forward improvisado termina convirtiéndose en el mejor defensa del equipo rival.

MALERO: Jugador de recursos muy limitados, normalmente defensa o volante de contención, que detiene a los adversarios —con pelota o no— con faltas alevosas y malintencionadas. A nivel internacional el más famoso era Nobby Styles, campeón del mundo con Inglaterra en 1966, quien se excusaba de su juego brusco aduciendo que era miope. En el Perú hemos tenido desde el ‘doctor’ Eloy campos, aquel que ‘operaba’ sin anestesia, a Samuel Eugenio y el ‘puma’ Carranza.

MANTEQUILLA: En fulbito callejero o de colegio, el más malo entre los malos, al que lo escogen siempre al último, condenado muchas veces a jugar en el arco o sino a deambular por la cancha sin que la toque ni de ‘cazuela’. Cuando los equipos cuentan con igual número de jugadores y el ‘mantequilla’ sobra, es clásico que se lo rifen al primer gol.

PARRILLERO: Apelativo para identificar al jugador de nacionalidad argentina que en su patria era suplente de suplentes y aquí algún representante mafioso lo coloca en algún club local. Inexplicablemente cuando llega a un club de provincias, el parrillero casi siempre la ‘rompe’, pero a la siguiente temporada, cuando llega a un equipo ‘grande’ de la capital, termina ‘chupándose’.

PELOTERO: Término que en un principio se utilizaba para definir al futbolista habilidoso, al que domina pelota, y luego, por uso de la prensa amarilla y farandulera, pasó a ser sinónimo de jugador pendenciero, trasnochador, borracho y mujeriego; en jugador que por la mala vida, de ‘promesa’ pasó a convertirse en otro ‘fiasco’ del fútbol peruano. Waldir y Kukín son cabezas de una larga lista.

PICHANGA: Partido de práctica, de entrenamiento, disputado entre los titulares y los suplentes de un plantel. En el fútbol callejero, dícese del partido que sale espontáneo y se juega para pasar el rato.

PLANCHAR: Falta que consiste en detener la trayectoria de la pelota con la pierna exageradamente levantada. En más de una ocasión en vez de impactar los toperoles en el balón, terminan reventándole la cabeza al adversario.

PUNTAZO: Potente remate ejecutado con la punta del pie. También se le conoce como ‘guadañazo’ o como diría Rulito Pinasco en sus transmisiones televisivas: “¡Tremendo ‘cañonazo’!”

PUNTERO MENTIROSO: Experimento de Elba de Padua Lima ‘Tim’, técnico de Perú en las Eliminatorias y Mundial de España 82. Dícese de aquel jugador que en el sistema 4-4-2 puede de improviso pasar al ataque y el sistema variar a un ofensivo 4-3-3. El jugador elegido para ese misión era Juan Carlos Oblitas quien volvería a realizar la misma función, a sus 35 años, en las Eliminatorias de México 86.

RATONEAR: Expresión de más o menos reciente acuñación —la única, quizá, del siglo XXI—. Dícese de la estrategia utilizada por los equipos limitados de guarecerse bajo los palos de manera ultradefensiva. Es sinónimo de fútbol ‘cobarde’ ya que el ratón es escurridizo y no le hace frente al gato que se lo va a devorar. Un futbolista ratonero es uno que no arriesga y se cuida en extremo. No confundir con futbolista pericotero con el que se designa al futbolista habilidoso pero bajo de estatura.

RINCÓN DE LAS ÁNIMAS: Frase acuñada por Humberto Martínez Morosini cada vez que se marcaba una anotación colocándose la pelota en el ángulo superior —derecho o izquierdo— de la portería, donde el arquero muy pocas veces puede llegar. Otra frase memorable de HMM era: “¡aquí no pasa nada!” cuando un partido estaba con el marcador en blanco.

UNA DE MÁS: Vicio o más bien mariconada del delantero peruano que no es capaz de patear en primera cuando tiene posibilidades de anotar. Muchas veces la pelota le ‘quema’ y termina desperdiciando una oportunidad por quererse acomodar.

VICIOSO: Dícese de aquel jugador que no suelta el balón, que no se lo da ni a su mamá, que quiere llevarse a todo el mundo, árbitro incluido. Sus cualidades innegables terminan al final siendo improductivas porque no entiende que el fútbol es sobre todo un juego colectivo.

1 comentarios:

josfab dijo...

Amigo excelente tu diccionario, recuerdo todas esas frases que enuncias como si fuese ayer y ya han pasado muchisimos años que sali de mi tierra el peru, jugue de calichin en los años 76 y 77 para la "U", y fui uno de los tanto chicos que ulilizaron los chimpunes Febo de excelente calidad de puro cuero duraban una eternidad,no se si aun se fabrican, felicitaciones por tu pagina