En el Perú, el fútbol no sólo es
pasión, es expresión de idiosincrasia, y cuenta como tal con un puñado de
palabras acuñadas alrededor de este deporte en los sectores populares. Paso
revista de varias de ellas, seguro de que jamás formarán parte de ningún diccionario,
pero siguen y seguirán sonando fuerte en estadios, parques, patios, calles,
callejones o en cualquier espacio idóneo para que rebote un balón.
ARQUERO
JUGADOR: Dícese
en el fulbito del arquero que tiene licencia para moverse por todo el campo o,
en algunos casos, hasta media cancha. La figura se da cuando uno de los equipos
cuenta con un jugador menos y el arquero pasa a ser un ‘jugador más’ mientras
que el arquero adversario por contar con gente, está ‘condenado’ a quedarse
‘fijo’ en la portería.
BARRER: Jugada defensiva. Consiste en
lanzarse con los dos pies estirados en pos de la pelota o el pie del rival. Si
el defensor consigue impactar el esférico sin golpear al adversario, se le
llama barrida ‘limpia’, si por el contrario se lo lleva de encuentro, es falta
y por ende se hace acreedor de una sanción. Como se dice en el ambiente
futbolero, “pasa la bola o pasa el jugador, nunca los dos”.
CABREAR: Anacronismo muy popular entre las
décadas de 1960 y 1980, luego cayó en desuso. Sinónimo de driblear o gambetear,
es decir, eludir a un rival o varios rivales en base de habilidad con el balón
pegado a los pies. La ‘cabreada’ de Maradona a los ingleses en México 86 le
valió para que su anotación sea considerada la mejor de todos los mundiales. En
el Perú hemos tenido grandes cabreadores. En Alianza, Cueto y Cubillas. En el
Muni, Sotil y el ‘Flaco’ Malásquez. Actualmente, el ‘verbo’ cabrear ha sido
reemplazado por ‘llevar’.
CALICHÍN: Dícese del infante o del
adolescente del ‘polluelo’ en plena formación para convertirse en jugador de
fútbol. Regularmente pertenece a las divisiones menores de un club o
institución deportiva.
CAMOTITO: Práctica de pelota entre tres o
más personas. Consiste en que dos o más jugadores se pasan y dominan el balón
entre sí, mientras que otro intenta arrebatarles la pelota, si lo logra, quien
haya perdido el dominio pasa a intentar a arrebatarle el esférico a los demás.
En Trujillo y balnearios conocemos el juego como ‘chivito’.
CIRUNTA
(tener): Es
decir, tener cintura, que es una forma de quebrar o quitarse la marca rival al
cambiar de dirección con un movimiento de cadera.
CHALACA: Jugada espectacular que consiste
en lanzarse de espaldas en forma de tijera con la pierna en alto, ya sea para
anotar un gol o para despejar defensivamente el balón. La maniobra a nivel
mundial es conocida como ‘chilena’ ya que fueron los mapochos quienes la
practicaron por primera vez en un torneo internacional; sin embargo, hay quienes
afirman que la jugada es oriunda de El Callao y fue un team chileno que, al
igual que la paternidad del pisco, se la copiaron tras disputar un match contra
el Atlético Chalaco. Otro despojo más...
CHIMPÚN: Peruanísima definición para
calzado de fútbol. Asimismo, los toperoles en esta parte del orbe se les
denomina ‘cocos’. En la década de 1980, antes de la apertura de los mercados y
la invasión de los chimpunes Adidas, Nike o Puma, nuestra marca lorcha eran los
populares Febo.
COJA
(pateó con la):
Dícese cuando un futbolista patea con su pierna menos hábil, haciendo que el
disparo al arco salga débil o desviado. Tara común en muchos delanteros, tiene
mayor incidencia en el pelotero peruano quien es incapaz de adiestrarse para
volverse ambidiestro.
FULBITO: Práctica deportiva muy extendida
a lo largo de nuestra geografía a causa de la escasez de áreas verdes y la
incapacidad —o pereza— de jugar fútbol de verdad. Cáncer para muchos del
balompié nacional porque se juega en losa de cemento y porque degenera en fulvaso,
es decir en borrachera cervecera. Muchos futbolistas ‘profesionales’ han sido
sancionados por sus respectivos clubes al ser ampayados jugando este ‘deporte’.
Su nombre es un grosero diminutivo de ‘fútbol’. A diferencia del futsal (fútbol
sala) que es una disciplina reconocida por la FIFA —mientras que al fulbito no
se le reconoce ni mierda—, se juega con seis jugadores en vez de cinco y los
goles deben ser de área o de media cancha, no de cualquier parte del campo. El
torneo de fulbito más prestigioso del Perú es el Mundialito de El Porvenir.
FULBO: Alusión despectiva sobre el
nivel del fútbol peruano en general, sobre todo a la lentitud y torpeza de
nuestro torneo local comparado al de otras ligas más competitivas.
FÚTBOL
CHACRA: Modalidad
en la que ‘todo se vale’. Mezcla de rugby y catchascán, se busca más patear la
pierna del adversario que el propio balón. Es improbable que los equipos
terminen con sus once jugadores en pie.
FÚTBOL
MACHO:
Sobrenombre de la Copa Perú, torneo en el que compiten los equipos provincianos
en pos de alcanzar un cupo en el Descentralizado. Hubo una larga época en que
la Finalísima de la Copa Perú se definía en enero de cada año entre los seis
mejores equipos, con espectaculares y coloridos tripletes en el estadio
Nacional. En la actualidad, sólo dos equipos por eliminatoria directa llegan a
la Final y el título se define en partidos de ida y vuelta.
FÚTBOL
RÁPIDO:
Esperpento de (feliz) corta duración en el Perú. Parecido al fulbito, se jugaba
en una cancha con paredes en los cuatro costados, teniendo las porterías
‘empotradas’ en las paredes frontales. El apelativo ‘rápido’ se debía a que no
habían saques laterales ni tiros de esquina, la pelota rebotaba en el muro y se
seguía jugando (podías hacer autopases con la pared). Popular a mediados de la
década de 1980, fue bastante promocionado por Chumpi, Chale, Baylón y otros
cracks en retiro.
GOL
VISTO: Dícese
del gol que se anota sin que genera dudas. Más que en las canchas de fulbito
cuyos arcos carecen de red, el término se usa en los partidos a orilla de playa
donde los arcos se hacen con dos montículos y las anotaciones para ser
‘vistas’, deben hacerse a ras de la arena.
HUACHA: Jugada en la que se ‘lornea’ a
un rival pasando la pelota entre sus propias piernas. Es una jugada humillante,
que hiere el orgullo, es natural que luego termine en falta de quien la recibe.
En Argentina y otros lares se le conoce como ‘túnel’.
LAUCHERO: En fulbito callejero o de
colegio, dícese de aquel jugador malísimo que es enviado a la delantera para
ver si de casualidad o milagro la emboca en el arco contrario. Muchas veces el
forward improvisado termina convirtiéndose en el mejor defensa del equipo
rival.
MALERO: Jugador de recursos muy
limitados, normalmente defensa o volante de contención, que detiene a los
adversarios —con pelota o no— con faltas alevosas y malintencionadas. A nivel
internacional el más famoso era Nobby Styles, campeón del mundo con Inglaterra
en 1966, quien se excusaba de su juego brusco aduciendo que era miope. En el
Perú hemos tenido desde el ‘doctor’ Eloy campos, aquel que ‘operaba’ sin
anestesia, a Samuel Eugenio y el ‘puma’ Carranza.
MANTEQUILLA: En fulbito callejero o de
colegio, el más malo entre los malos, al que lo escogen siempre al último,
condenado muchas veces a jugar en el arco o sino a deambular por la cancha sin
que la toque ni de ‘cazuela’. Cuando los equipos cuentan con igual número de
jugadores y el ‘mantequilla’ sobra, es clásico que se lo rifen al primer gol.
PARRILLERO: Apelativo para identificar al
jugador de nacionalidad argentina que en su patria era suplente de suplentes y
aquí algún representante mafioso lo coloca en algún club local.
Inexplicablemente cuando llega a un club de provincias, el parrillero casi
siempre la ‘rompe’, pero a la siguiente temporada, cuando llega a un equipo
‘grande’ de la capital, termina ‘chupándose’.
PELOTERO: Término que en un principio se
utilizaba para definir al futbolista habilidoso, al que domina pelota, y luego,
por uso de la prensa amarilla y farandulera, pasó a ser sinónimo de jugador
pendenciero, trasnochador, borracho y mujeriego; en jugador que por la mala
vida, de ‘promesa’ pasó a convertirse en otro ‘fiasco’ del fútbol peruano.
Waldir y Kukín son cabezas de una larga lista.
PICHANGA: Partido de práctica, de
entrenamiento, disputado entre los titulares y los suplentes de un plantel. En
el fútbol callejero, dícese del partido que sale espontáneo y se juega para
pasar el rato.
PLANCHAR: Falta que consiste en detener la
trayectoria de la pelota con la pierna exageradamente levantada. En más de una
ocasión en vez de impactar los toperoles en el balón, terminan reventándole la
cabeza al adversario.
PUNTAZO: Potente remate ejecutado con la
punta del pie. También se le conoce como ‘guadañazo’ o como diría Rulito
Pinasco en sus transmisiones televisivas: “¡Tremendo ‘cañonazo’!”
PUNTERO
MENTIROSO:
Experimento de Elba de Padua Lima ‘Tim’, técnico de Perú en las Eliminatorias y
Mundial de España 82. Dícese de aquel jugador que en el sistema 4-4-2 puede de
improviso pasar al ataque y el sistema variar a un ofensivo 4-3-3. El jugador
elegido para ese misión era Juan Carlos Oblitas quien volvería a realizar la
misma función, a sus 35 años, en las Eliminatorias de México 86.
RATONEAR: Expresión de más o menos
reciente acuñación —la única, quizá, del siglo XXI—. Dícese de la estrategia
utilizada por los equipos limitados de guarecerse bajo los palos de manera
ultradefensiva. Es sinónimo de fútbol ‘cobarde’ ya que el ratón es escurridizo
y no le hace frente al gato que se lo va a devorar. Un futbolista ratonero es
uno que no arriesga y se cuida en extremo. No confundir con futbolista pericotero
con el que se designa al futbolista habilidoso pero bajo de estatura.
RINCÓN
DE LAS ÁNIMAS:
Frase acuñada por Humberto Martínez Morosini cada vez que se marcaba una
anotación colocándose la pelota en el ángulo superior —derecho o izquierdo— de
la portería, donde el arquero muy pocas veces puede llegar. Otra frase
memorable de HMM era: “¡aquí no pasa nada!” cuando un partido estaba con el
marcador en blanco.
UNA DE
MÁS: Vicio o más
bien mariconada del delantero peruano que no es capaz de patear en primera
cuando tiene posibilidades de anotar. Muchas veces la pelota le ‘quema’ y
termina desperdiciando una oportunidad por quererse acomodar.
VICIOSO: Dícese de aquel jugador que no
suelta el balón, que no se lo da ni a su mamá, que quiere llevarse a todo el
mundo, árbitro incluido. Sus cualidades innegables terminan al final siendo
improductivas porque no entiende que el fútbol es sobre todo un juego
colectivo.
1 comentarios:
Amigo excelente tu diccionario, recuerdo todas esas frases que enuncias como si fuese ayer y ya han pasado muchisimos años que sali de mi tierra el peru, jugue de calichin en los años 76 y 77 para la "U", y fui uno de los tanto chicos que ulilizaron los chimpunes Febo de excelente calidad de puro cuero duraban una eternidad,no se si aun se fabrican, felicitaciones por tu pagina
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