He participado como publicista en
dos procesos electorales. En 2002 para Manuel Llempén, candidato por APP a la
presidencia de la región la Libertad y en 2006 para Alejandro Santa María,
candidato por Súmate a la alcaldía de Trujillo. Es probable que este año repita
el plato (ojalá con mayor fortuna), así que escribo este post antes de que esa
posibilidad se concrete y pierda objetividad como comunicador social.
En octubre, el Perú con edad
electoral se volcará a las urnas para elegir alcaldes y presidentes regionales.
Trujillo, a diferencia de Lima, carece en esta oportunidad de candidatos
mediáticos. Si exceptuamos a Murgia y a Acuña, a los demás presuntos aspirantes
sólo los conocen en su entorno familiar, amical, laboral y con suerte un
poquito más.
A la fecha, el único partido que
ha oficializado candidatos es Unidad Nacional. Carlos Fernández, gerente de El Cultural, postula a la alcaldía y Eduardo Rabines a la región. Ambos son
desconocidos por la mayoría, pero cuentan con el aval de su honorabilidad. Su
futuro depende de su capacidad para comunicar y confrontar.
Súmate todavía no define
quién será su candidato para el municipio. Se vocean los nombres de Gerson Gonzales, propietario de una
empresa de seguridad, del fujimorista Rolando
Alarcón y de Miguel Rodríguez Albán a quien su parecido en miniatura
con Phillip Butters y Hugo Chávez podría ayudar para promocionarse (no en vano
le dicen también ‘El Shrek de la Política’). Para la presidencia regional, se
rumorea una alianza con Perú Posible, por lo que el candidato podría ser José León, el hombre fuerte de Toledo
en la región.
Eduardo Cassinelli y Fuerza Democrática pueden volver a tentar el sillón
edil si apuestan por aquello de que a la tercera va la vencida. Sin embargo,
dudo que las chances que tuvo en 2002 se vuelvan a repetir.
El futuro de César Acuña, actual burgomaestre y hombre fuerte de APP, es una
incógnita. No puede postular a la región pues no ha renunciado a la alcandía.
De vez en cuando juega con lanzarse a la presidencia nacional, pero a pesar de
su megalomanía galopante, creo que el chato es consciente de nula posibilidad
(al menos en 2011). Seguro tentará la reelección edil a pesar de sus broncas
con los taxistas, el incremento de los recibos del Satt, la no conclusión de
obras como el llamado ‘Country Club de los pobres’, la inseguridad ciudadana y
las lluvias del verano que destrozaron las pistas y veredas recién hechas. Si
en 2006 la alcaldía le costó una inversión de dos millones de dólares, esta vez
deberá invertir el triple. Aunque como cantan los Beatles: Money can`t buy me love... de los votantes.
El APRA, la estructura política
más organizada y emblemática de esta parte del país, todavía no tiene claro
quiénes serán sus representantes a nivel provincial y regional. Después del
traspié de Moisés Arias, la cúpula sabe que no pueden colocar a cualquiera.
Aquel cotilleo de que un burro postula en Trujillo por el Apra y sale elegido
ya perdió vigencia.
Daniel Salaverry, es el de sus voceados pre candidatos quien tiene más posibilidades.
Ha invertido un chupo de plata para promover su imagen. Las calles están
pobladas con su cacharro en paneles y afiches bajo el lema: Trujillo merece más. Tiene Buena pinta y
recuerda por momentos al Alan de sus inicios. Martín Sifuentes tiene el antecedente de haber ocupado la alcaldía en reemplazo del
renunciante Murgia y en sus pocas semanas se puso como loco a ejecutar obras a
diestra y siniestra (algunas inútiles y antitécnicas como cerrar una de las
vías de la Juan Pablo II) dando hincapié a los chismorreos dijeran que lo hizo
para justificar las cifras en rojo acumuladas por los malos manejos apristas.
Su lema: Recuperemos Trujillo suena
bastante partidista, delata las ansias del Apra por recuperar el poder perdido. Sina Santa María acaparó la atención de los medios cuando como vicepresidenta
regional se peleaba a cada rato con su superior, el inefable Homero Burgos. Su
ventaja diferencial es ser mujer y como tal puede ocupar el puesto de alcaldesa
al igual que Miriam Pilco en 1986. Su rostro rubilindo y photoshopeado aparece
en vallas ubicadas en avenidas estratégicas. Lucho Santa María, elegido alcalde en 1983, es otro voceado, pero su imagen luce
demasiado vetusta para tomarlo en serio. Carlos Calderón es el menos pituco de la lista. Dice ser el único candidato Hecho en el APRA con sello de fábrica y
en spots transmitidos por canales locales UHF ratifica su aprismo teniendo a la
tumba de Víctor Raúl como testigo, estrategia populachera que no creo tenga
mayores efectos que la de Toledo encomendado a los Apus.
Cinco nombres y ninguno con el
arrastre necesario. Ninguno con capacidad de acaparar un 20% un electorado
hastiado de tanta corruptela apristoide. Mientras ellos se pelean por una
postulación imposible, la cúpula limeña —la que decide al final— quiere una
ficha tipo Octavio Salazar, actual
(y cuestionado) ministro del Interior, quién en su momento se voceó como
posible candidato porque como general de la tombería frenó a punta de bala la
delincuencia en Trujillo. Su candidatura todavía no está descartada. Otro con
las mismas características es el coronel de la PNP Elidio Espinoza, a pesar de enfrentar un proceso judicial por haber
ultimado junto con otros nueve policías a cuatro malandrines, hecho que por
supuesto le genera más simpatías que aversiones en una sociedad diezmada por as
altos y extorsiones.
La disputa en el Apra por la
presidencia regional es mucho menor que por la alcaldía. Pepe Murgia, actual presidente regional y burgomaestre de Trujillo por
diecisiete años consecutivos, busca la reelección, aunque la edad (y tantos
años de ineficiencia) juegan en su contra. El otro pre candidato es Víctor León quien ha invertido en
volantes y en el viejo —y obsoleto— perifoneo para promocionarse, inconsciente
de que la contaminación sonora atenta contra el medio ambiente. El problema es
que uno desgastado y el otro sin nombre son candidatos vencibles. Si en 2006 el
Apra perdió Trujillo y Alan lloró amargamente, es probable que en 2010 también
pierdan la región. Haya, sacúdete en tu cripta.
Estamos a cinco meses de las
elecciones y es inusual que no tengamos postulantes definidos. No soy gurú
político pero presumo que entre el Apra y APP pueden cosechar a lo mucho un 60%
de los sufragios. Queda un 40% que da cabida a un outsider, candidato de indecisos, cínicos, desencantados, etc. Por
el bien de Trujillo espero que así sea.
3 comentarios:
a ver bolita mágica, déjame adivinar, el fierro va a preparar campaña de publicidad para el outsider. cuando pierdas la objetividad, contrátame como tu asesora, te juro que no la voy a perder
ya pes, acepta. gratelli nomás fierrito
metemos al outsider al palacio municipal en menos que canta un gallo o que los compañeros saquen el pañuelo
pero eso sí, que el outsider siga plantando arbolitos como lo hizo el saliente alcalde, vale
¿y? ¿tengo o no tengo chamba?
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