rocco ñoco

Era de esperar. Después de Ricky Martin otras figuras de la farándula se han animado ha salir del closet. Hace unos días Rocco Siffredi, estrella del porno italiano, sorprendió a su fanaticada al declarar su afinidad por los varoncitos. Literalmente estas fueron sus afirmaciones a la revista americana Hookers: “En mi vida he amado a miles de mujeres, pero cada una de ellas me hicieron dar cuenta de lo que soy en realidad: un hombre gay... Sufrí mucho, pero ahora puedo y tengo que admitirlo: me gustan los hombres y pronto voy a trabajar sólo con ellos”. 

Qué cabro. Irremediablemente sus palabras me recordaron a San Bernardino, patrono de los publicistas y homofóbico declatado, quien afirmaba que no había en el mundo mayores sodomitas que los italianos. Sus declaraciones sacudieron a los pornófilos de la misma forma que a los metaleros cuando Rob Halford, vocalista de Judas Priest, se declaró ‘brócoli’ en 1998. 

Empero, hay quienes creen que la noticia en realidad es una broma. Medios como El Comercio, decano de la prensa nacional, se han tomado el trabajo de investigar la existencia de la revistilla de marras —fuente de la información— en Internet y no han encontrado nada, por lo que se deduce que podría tratarse de una estrategia publicitaria. ¿Es probable? Quizá. Para muchos no es digerible que una leyenda del hardcore, que ha penetrado y eyaculado en más de 1300 películas, sea del otro bando. Es como admitir que se han masturbado viendo a un rosquete en acción. 

La carrera del llamado ‘Semental italiano’ se inició en Francia en 1987 y la culminó veinte años después a los 43 años, aduciendo que le quería dedicar más tiempo a su menores hijos: Lorenzo (nacido en 1996) y Leonardo (nacido en 1999), ambos con su esposa, la húngara Rosa Caracciolo, con quien filmara en 1994 la muy recomendable Tarzan, il figlio de la jungla.

La única estrella capaz de ensombrecer la popularidad de Rocco es otro pichulón: John Holmes, aquel de los 38 centímetros de vaina, protagonista de 2500 películas en las que le dio curso a Seka, Desirée Cousteau, Marilyn Chambers y otras leyendas de la chucha floja (me pregunto a qué hora dormía). Holmes murió en 1988, a los 44 años, víctima de un cáncer de colon, aunque fuertes rumores sostienen que se lo llevo el ‘siddartha’. Bob Vosse dijo de él: “Holmes representó para la industria cinematográfica para adultos lo que Elvis representó para el rock'n'roll. Simplemente fue el rey”.

Si ambos entraran en franca competencia, el porte atlético de Rocco, las medidas generosas de su miembro y su resistencia para copular harían que seguro ganase por una ‘cabeza’. Sus cualidades son veneradas por sus seguidores y envidiadas por sus detractores quienes han puesto en duda sus habilidades amatorias e incluso a las dimensiones de su erección, aduciendo a trucos de cámara y manejos de photoshop. Para callar los rumores, Siffredi en una oportunidad mostró su ‘herramienta’ a 38 mil personas congregadas durante la Convención Pornográfica de Oslo. Con los rumores que han circulado esta semana, no me imagino que puede hacer para demostrar públicamente su virilidad. 

Particularmente no soy seguidor de la filmografía de Rocco. En general, no soy muy afecto de la pornografía producida de 1990 en adelante. En el post diosas del coño manifesté mi afición por los cuerpos velludos e imperfectos de décadas pasadas, antes que las fisonomías firmes y artificiales de la actualidad. No soy hincha de ningún actor porno —lo que de por sí es una mariconada—, si por ahí hay alguno que me caer simpático es quizá el guatón Ron Jeremy, otro icono de la industria porno. 

Sin importarme la opción sexual del italiano, presumo como comunicador que la noticia que ha impactado a todos los medios del planeta esta semana, no es más que un montaje, acaso una farsa para promocionar su marca Rocco Siffredi Movies —con sede en Budapest— o cualquier otro producto. Antecedentes hay. En 2006, el ‘semental’ ya había causado controversia al aparecer en un spot de Amica Chips, marca de hojuelas de papas fritas, jugando con el doble sentido de la palabra ‘patatina’ con vagina. El spot escandalizó a la Iglesia y a la Asociación de Familias Católicas quienes consiguieron censurar el comercial realizado por Leo Burnett... contribuyendo sin querer de promocionar la imagen del actor y también de Amica Chips, cuyas ventas crecieron en 27%. ¿Otro bluff publicitario? A lo mejor. Del buen Rocco se puede esperar todo... menos que sea ñoco.