lunes, 22 de enero de 2018

resaca de una visita papal

FLASHBACK: Karol Woijtila era conocido como ‘el Papa Peregrino’ y como tal viajó como ningún otro pontífice por varios países del orbe —católicos y no— bajo el lema en latín “Totus Tuus”. Vino al Perú en dos ocasiones. En febrero de 1985 visitó Lima y seis ciudades del interior. Llegó en un vuelo de Alitalia —en una nave que llevaba el nombre de Luigi Pirandello— y como era su costumbre se arrodillaba para besar el asfalto del aeropuerto. Muchos vimos con cierta inquietud que se presentara en una zona tan convulsionada por el terrorismo como Ayacucho pero nada sucedió. Mi viejo me explicaría que en las huestes senderistas habían muchos católicos, a pesar del ateísmo que destila el ‘Pensamiento Gonzalo’, aunque lo más lógico era pensar en la poco conveniencia de atentar contra la vida de un líder religioso a nivel mundial, lo cual repercutiría en sus fuentes de financiación europeas. En 1988 el mismo Papa volvió al Perú por un encuentro mariano quedándose unas cuarenta horas y dejándonos para siempre en la imagen idealizada de Sumo Pontífice, lo que le valió su canonización a pocos años de su muerte. Para los peruanos no hubo pontífice más popular que Juan Pablo II, a pesar que no hizo nada por investigar la extraña muerte de su antecesor, persiguió a la Teoría de la Liberación, dejó en foja cero muchos de los avances del Concilio Vaticano II e hizo oídos sordos a las primeras denuncias de curas pedófilos a quienes encubrió. El polaco fue en vida y muerte más querido que Pío XII, Paulo VI, el propio Juan XXIII (conocido como ‘Il Papa Buono’), Benedicto XVI (que no era muy simpático que digamos) y el actual Papa Francisco quien a pesar de tener la valla tan alta, igual consiguió en su reciente visita el interés y la veneración de millones de peruanos. 
       
DOS SEGUNDOS: A mis trece años desperdicié la oportunidad de ver a Woijtila. Mi viejo me conminó a ir. Vivíamos en California. A unas cuadras del Óvalo que todavía no llamaban Óvalo Papal. Por un gesto de rebeldía —o incipiente herejía— cometí la estupidez de negarme a verlo en persona y me conformé con la transmisión televisiva en directo. Desde el aeropuerto al arzobispado donde se detuvo a descansar. De allí su traslado por la Juan Pablo II, que todavía se llamaba Avenida Libertad, hasta el lugar donde ofreció una liturgia a una marea de personas de la que no recuerdo ni una frase memorable, tipo “¡El papa es charapa!” como lo hizo en Iquitos. Treinta y tres años después no quise cometer la misma omisión histórica y lo vi pasar por la Avenida Larco, con mi hijo Claudio en brazos, apenas por dos segundos, pues pasó con una rapidez que me recordó a la comitiva de Bienvenido, Mr. Marshall y que dejaba a todo un pueblo con los crespos hechos. Fueron dos segundos apenas desde su Papa Móvil, regalándome a mí y a todos los que me rodearon una sonrisa beatificante cuyos efectos todavía se prolongan en mi pequeño hijo de cinco años. “¡Papá, vimos al papa!”, me ha repetido de la nada varias veces en las últimas horas. Su impacto infantil es la prueba divina que dos segundos no duran dos segundos, pueden durar toda la vida.  

CÓNCLAVE DE IMÁGENES:
Como trujillano me siento feliz de que mi ciudad haya vuelto a ser elegida como destino papal. Si fuera arequipeño o cusqueño sentiría que hubo cierto desprecio hacia el sur de país, aunque claro podrían salir con la salvedad de que Iquique en el norte de Chile les quedaba a un paso. La visita del papa hizo posible que se congregaran en Trujillo las principales imágenes sagradas de todo el norte del Perú. Reunidas en la Catedral tuvimos la oportunidad de ver y venerar —idolatrar— a la Virgen Dolorosa de Cajamarca (que nunca había salido de su ciudad), Virgen Asunta de Chachapoyas, Virgen Inmaculada de Chota, Virgen de la Asunción de Cutervo, Virgen de Guadalupe, Virgen de la Alta Gracia de Huamachuco, San Francisco de Asís de Huamachuco, Santo Toribio de Mogrovejo de Tayabamba, Niño Milagroso de Eten, Santiago Apóstol de Santiago de Chuco, San Jorge de Cospán; siendo las más visitadas la Cruz de Motupe y la Virgen de la Puerta de Otuzco. No pude ver al Cristo Cautivo de Ayabaca que arribó el viernes en la tarde y cuya devoción y cofradía es tanta o más grande que las dos anteriores mencionadas. Un cónclave de imágenes religiosas que quizá nunca más vuelva a repetirse, pero que incluso para un hereje como yo valió la pena observar.

PUERTO MALDONADO:
Uno de los aciertos de la gira papal fue la elección de la capital de Madre de Dios en vez de otros destinos amazónicos más populosos y representativos como Iquitos o Pucallpa. Nunca sitio tan remoto y olvidado gozó de un visitante tan distinguido y pasará mucho tiempo para que vuelva a repetirse el milagro. El discurso de Francisco estuvo centrado en el cuidado del medio ambiente y la preservación del Amazonas, uno de los escasos pulmones del orbe junto con el Congo y la jungla de Indonesia. Parece que el mensaje caló porque no se registraron basurales por parte de los asistentes como sí ocurrió en sus misas de Huanchaco y en Las Palmas donde los desperdicios dejados por su feligresía se contó por toneladas.  

CHILE EXIGE MÁS QUE DISCULPAS:
Las visitas del Papa Francisco a Chile y Perú han obligado inevitables comparaciones. Aquí en nuestro país, con un ochenta por ciento de católicos, el recibimiento ha sido apoteósico, mientras que en nuestros vecinos del sur ha sido bastante tibio, precedido con el incendio a cuatro iglesias y amenazas de muerte. Llama la atención la caída del fervor católico en Chile, nación que hasta hace poco se jactaba de ser uno de los bastiones conservadores de la Iglesia, siendo incluso el último país de la región en aceptar legalmente el divorcio. Muchos culpan a la postura de tapar a los sacerdotes pederastas como el infame Karadima, pero yo me atrevo a opinar que el dramático descenso de ochenta a cincuenta por ciento de población católica en las últimas tres décadas se debe a los pecados de omisión de la Iglesia ante los crímenes del régimen de Pinochet. Sucedió lo mismo con la caída de Franco en España y sucedió lo mismo en Argentina donde muchos no aceptan como sumo pontífice a Bergoglio por haber sido arzobispo en la época de Videla y nunca haberse manifestado en contra de las torturas y las desapariciones. Haber contado con la presencia de Barros en su primera misa en Santiago —eclesiástico acusado de encubrir a Karadima y encima nombrarlo obispo en 2014— fue un terrible error por su parte y pedir perdón por los curas pederastas en ese mismo momento fue insuficiente. El periodicazo que le cayó en la cara nació como respuesta a lo que a todas luces es un doble discurso.

¿Y EL MENSAJE?: Sin ser muy religioso que digamos, aguardé de un líder de su talla una frase, una palabra que calara en la feligresía; sin embargo dejó en sus chácharas muy poco para el destaque, salvo llamar al orden a varias monjitas avinagradas por sus lenguas chismosas y ociosas y preguntarse: “¿qué pasa acá?” por tener ex presidentes encarcelados, prófugos, enjuiciados a causa de la corrupción (delante de Kuczynski a quien sólo le quedó tragar saliva). Ya en la conferencia de prensa que dio en el avión camino a Roma se animó a destacar el fervor religioso del Perú, comparándolo con los de Filipinas y Colombia, y de las denuncias sobre abuso sexual en el Sodalicio. Lo curioso es que a la gente parece no importarle el mensaje, les basta sólo con su presencia, así sea instantánea como me ocurrió a mí o a la gente del balneario de Buenos Aires, donde se anunció que iba a reunirse con los damnificados por el Fenómeno del Niño y se trastocó por una vuelta veloz en su Papa Móvil. Los feligreses de hoy no quieren escuchar, sólo quieren ver, tocar, tomarse el selfie y colgarlo en las redes. Y Francisco, quien sabe que con su exhibición basta, se prestó para el show.   

1 comentarios:

Politicamente Incorrecto dijo...

Vivimos en la era de la "Videocracia", y como dices, la gente lo que quiere es su "selfie" (la acción más ridícula de los últimos tiempos) y colgarlo en su red social (donde la estupidez se junta como en ninguna otra parte), que dijo el papa?, si le preguntas a la mayoría, te dirán que no lo saben, el único mensaje que importa en este Peru donde las mentes lúcidas escasean es aquel que tiene 140 caracteres.