martes, 8 de enero de 2013

el efecto 'gringasho'

La irrupción de ‘Gringasho’  no es un suceso aislado o fortuito, es el engendro de una sociedad violenta y carente de valores. Para la opinión pública en general, el mozalbete es un apestado, un perro rabioso al cual creen que enjaulándolo o exterminándolo se pondrá punto final a la rabia. Ciegos como estamos, no caemos en cuenta que su figura solamente representa la punta del iceberg, es el rostro resaltante de una problemática que nos advierte que Trujillo se ha convertido en tierra de sicarios juveniles, de asesinos que no vacilarán en encajarle un balazo a cualquiera por quítame estas pajas. Esta realidad no va a cambiar con la eliminación física o el encierro perpetuo de ‘Gringasho’. He aquí una papa caliente, a ver cómo la enfrían las personas que hemos elegido como autoridades.
 
La captura de este delincuente a los seis días de protagonizar su segunda fuga de un centro de rehabilitación juvenil (1) en el último día de 2012, representó para la policía una oportunidad inmejorable para acabar con su vida sin preocuparse de los cacareados Derechos Humanos. Él y uno de sus compañeros de fuga, ‘Bacasha Junior’ (2), estaban armados e intercambiaron disparos con los efectivos que venían persiguiéndolos desde el Puente Angamos, distrito de Santa Anita. Si ambos adolescentes caían victimados durante la refriega, podía alegarse que ocurrió en defensa propia (3). No obstante, lo más probable es que con su deceso lo único que se habría conseguido es martirizarlo y convertirlo en un héroe para tantos púberes que hoy lo admiran y que irremediablemente siguen —o seguirán— sus pasos.
 
El prontuariado de Alexander Pérez Gutiérrez, alias ‘Gringasho’, cuenta con todos los elementos para convertirse en leyenda, como ocurrió con William H. Bonney en Nuevo Mexico, tristemente conocido como Billy the Kid (4). Se presume que a victimado a diecisiete personas a sus cortos diecisiete años —en marzo será mayor de edad—, varios de ellos cobrando la tarifa de 500 dólares. Dicen que su tío Roberto Gutiérrez ‘El Soli’ (5) le enseñó a matar cuando apenas tenía trece. Dos años después ya tenía la reputación a nivel nacional de ser ‘el sicario más joven del Perú’.
 
Ser acusado del secuestro y asesinato de Deysi García Tooh (6) le valió su primer enfrentamiento con las salas judiciales, pero dos meses después fue puesto en libertad al no encontrar pruebas que lo incriminaran. Tras asesinar a tres sujetos en El Porvenir, ‘Gringasho’ es vuelto a capturar. Esta vez lo sentencian por estar ‘involucrado’ en varios crímenes a seis años de reclusión. Tras su fuga de La Floresta, se volvió todavía más mediático al ser capturado en el hostal Zaffiro en el distrito de Los Olivos junto con su pareja sentimental, Jazmi Isabel Marquina, una jovencita de dieciocho años a quien la prensa bautizó de inmediato como ‘Gringasha’, cuyas fotografías desinhibidas colgadas en su Facebook revolotearon las hormonas de una sarta de jeropas.
 
‘Gringasho’ es un delincuente con el mismo perfil psicológico que otro famoso sicario juvenil que asoló Lima en la década de 1990, el ‘Negro Canebo’ (7), es decir un psicópata que no experimenta remordimientos al momento de jalar un gatillo (8). Sin embargo, el futuro de ambos se presenta muy distinto. ‘Canebo’ hoy por hoy es un hombre de treintaytantos años que se proyecta como la sombra del malandro avezado que alguna vez fue. Ya nadie lo respeta. El consumo de pasta y la ausencia de padrinazgos ha hecho que otros abusen de él. ‘Gringasho’ en cambio cuenta con el apoyo financiero de ‘El Soli’ (9) lo que lo convierte en intocable en la cana. Tan seguro está de su suerte que con una sonrisa a flor de los labios ha asegurado que pronto se volverá a fugar.
 
Con ese desparpajo, con la seguridad que transmite de que se puede salir con la suya, con la hembra (10) que es centro de arrechura de medio Perú, con la pinta —convengamos que físicamente no es feo, es Brad Pitt al lado de Canebo—, con el alias (11), el sujeto pues es atractivo, un modelo a seguir para quienes aspiran a salir de la miseria económica y moral viviendo al margen de la ley. No sería de extrañar que en poco tiempo se produzca una miniserie sobre su vida. Una especie de Bonnie & Clyde sin un talentoso Arthur Penn que la dirija. 
 
El efecto ‘Gringasho’ representa serios peligros para una juventud calenturienta. Además de la mesura mediática —que siempre se solicita pero nunca se da—, el problema de los sicarios juveniles exige que la Justicia cambie las leyes y no se muestre tan benévola. Un chico acostumbrado a matar no se le puede internar en un reformatorio  —psicológicamente son sujetos irrecuperables para la sociedad (12)—, se le debe juzgar y castigar con el mismo rigor que un asesino de cualquier edad e internarlo en un establecimiento adecuado. Debe erradicarse también esa medida absurda de taparles los ojos y poner los nombres con iniciales, eso está bien para un joven ultrajado o libre de culpa, pero no para quienes cometen crímenes de lesa humanidad. Hacer de dominio público su rostro e identidad ayudaría a la captura y prevención por parte de la colectividad.
       
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1. Su primera fuga aconteció el 28 de abril de 2012 de La Floresta de Trujillo.
2. Otro sicario menor de edad, asesino de un policía a sangre fría dentro de una pollería ubicada en la Av. Jesús de Nazareth, a vista y paciencia de todos los parroquianos.
3. Si bien ‘Gringasho’ es un asesino a sangre fría con un amplio accionar, llama la atención su pésima puntería. En la fuga de La Floresta, quiso cobrar venganza contra otro adolescente, miembro de una banda rival, y en un ambiente de cerrado descargó más de veinte balazos y ninguna impactó en el blanco.
4. Famoso pistolero del Far West a quien se le atribuyen veintiún muertes (aunque sólo se pudieron probar nueve de ellas). Fue asesinado por el sheriff Pat Garrett cuando tenía veintiún años.
5. Líder de la banda Los Malditos de Río Seco, dedicada a la extorsión.
6. La víctima con ocho meses de gestación había sido pareja sentimental de un primo de ‘Gringasho’. Se presume que la mató disparándole en la nuca. 
7. La palabra ‘Canebo’ deriva de caníbal. Se le acusa de haber asesinado a quince personas.  
8. Podemos suponer que según su escala de ‘valores’, ‘Gringasho’ imagina que todo lo que hace es una pendejada, una travesura infantil, por eso es que sonrió con sarcasmo cuando lo presentaron a la prensa en la Divincri. “¡Miren, qué pendejo soy!”    
9. Se presume que la fuga de Maranga fue financiada con quince mil soles de ‘El Soli’, quien además puso a cuatro sicarios limeños fuertemente armados para proteger a su sobrino.
10. Jazmi Marquina ha jugado un rol protagónico en las dos fugas de ‘Gringasho’, en ambas oportunidades estuvo con él por lo que se le puede acusar por el delito de encubrimiento.  
11. El apelativo ‘Gringasho’ deriva de gringo. Si bien Sánchez Gutiérrez no es un prototipo de la raza caucásica, la chapa lo blanquea y eso hace subir sus ‘bonos’ en un país racialmente acomplejado.
12. No al menos en las condiciones en las que purgan su condena. 

2 comentarios:

Jose Carlos Castillo dijo...

analizando tu texto detenidamente con Aquiles Cabrera en mi oficina. Nos hemos planteado la siguiente disyuntiva: ¿Y EL CULO DE LA GRINGASHA?
atte. jokk

Anónimo dijo...

Excelente aporte. Pero no use la palabra "mediatico"
Es un lugar comun, poco imaginativo que no debe usar persona culta