01. De los
266 papas, casi la tercera parte, ochenta, han sido elevados a la categoría de
‘santos’. La gran mayoría en los primeros siglos de la Iglesia cuando ser
perseguido y martirizado garantizaba el pasaporte al santoral.
02. Los primeros 54 papas —desde Pedro a Félix IV— han sido canonizados. Un período que va del año 30 al 530, medio milenio de pontífices santos.
03. El primer papa que ostenta el dudoso honor de no haber sido proclamado santo es Bonifacio II, seguro por su origen ostrogodo, convirtiéndose en el primer papa germánico, gracias al apoyo del rey Atalarico, mientras que la curia romana se decantaba por Dioscuro (quien por designios del Señor falleció a las tres semanas de elegido, evitando así el primer cisma papal).
04. Juan II, sucesor de Bonifacio II, tampoco fue canonizado. Curiosamente este papa fue el primero en no utilizar su nombre de pila al asumir el papado, pues se llamaba Mercurio como un dios pagano. Seguro la sospecha de su designación a través de simonías (compra del cargo eclesiástico) le valió el veto papal. Los dos siguientes papas: Agapito I y Silverio fueron canonizados. El papa que los sucedió, Vigilio, cabeza de la Iglesia por dieciocho años, perdió la oportunidad de engrosar la lista de los santos por no tener una postura fija respecto al tema del monofisismo, costándole su credibilidad como pontífice y que no fuera sepultado en San Pedro.
05. Tuvieron que pasar cinco papados para que Gregorio Magno fuera designado papa —primero en usar los títulos Servus Servorum y Pontifex Maximus—, el siguiente papa santo sería Bonifacio IV, el primer pontífice en llevar el mismo nombre que su antecesor.
08. Desde Celestino V tuvieron que transcurrir casi trescientos años para que aparezca otro pontífice digno de ser canonizado, Pío V, cuyos méritos principales fueron excomulgar a la reina Isabel de Inglaterra y haber derrotado a los sarracenos en la batalla de Lepanto.
11. El papado
de Roncalli duró apenas cinco años, suficientes para que en el orbe católico se
ganará el apelativo de ‘papa bueno’. A pesar que en 2000 Juan Pablo II ya
lo había elevado al peldaño de ‘beato’, era muy difícil por su tendencia
izquierdista que lo elevaran a la categoría de santo. Pienso que si lo logró en
este 2014 fue por insistencia directa del papa Francisco, que por
sus declaraciones contra la acumulación de riqueza por parte del Clero y por
parte de las grandes transnacionales lo que en cierto sentido lo asemejan a
Juan XXIII. Si insiste en ir más lejos con sus afirmaciones, Bergoglio puede
correr el mismo destino que Luciani.
12. La canonización de Wojtila se caía de madura. No podía ser que el papa que había elevado demográficamente en cincuenta por ciento la población de los santos no contara con su propio sitial. El ‘papa peregrino’ tenía pinta de santo, su propia aureola, un magnetismo encantador que cautivó al grueso de su rebaño en sus veintisiete años de papado. Recuerdo en 2005 tras la elección de Ratzinger como su sucesor, una amiga católica me decía que le costaba ‘quererlo’ con la misma intensidad como quiso al polaco, narrándome a continuación una historia prodigiosa —que nunca me he molestado en verificar— del propio Karol durante la Segunda Guerra que viéndose perseguido por oficiales de la Gestapo, le imploró a la Virgen para que no lo atraparan y ésta lo cubrió con una manta que lo hizo invisible a sus captores. Tanta simpatía hace que escribir sobre algunas de sus posturas cuestionables sea una acción abominable de mi parte, como hacer de la vista gorda sobre el manejo de las ‘Finanzas de Dios’ —que le costó la vida a su antecesor Juan Pablo I— y la manera como fustigó y castigó a los sacerdotes latinos promotores de la Teología de la Liberación. Curiosamente hace tres años —30 de abril— había sido beatificado y Alan García se apresuró en asegurar que el ajusticiamiento de Osama Bin Laden, ocurrido al día siguiente, había sido su primer milagro. Por su cercanía con la política norteamericana y los chivos expiatorios, quizá nuestro mofletudo ex mandatario tuviera razón.
1 comentarios:
pues yo siempre he dicho y sigo sosteniendo que todos somos iguales: comemos, bebemos y cagamos como cualquier vecino. en este caso, los papas tambien (sorry, no puedo acentuar la "e" y la "i")
a pesar de la simpatia que me despertó juan pablo II, no puedo dejar de sentirme defraudada de saber que fue santificado cuando fue bajo su papado que se estableció esa infame ley no escrita de protección a los curas pederastas. para mi, juan pablo II no fue un santo y no debieron santificarle a la par de juan XXIII porque no le llegaba ni a los talones
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