Formo
parte del 52% que puso a Humala Tasso en Palacio de Gobierno y confieso, sin
remordimientos, que cumpliéndose dos años de su mandato no me arrepiento
—todavía— de mi decisión.
No
me siento defraudado como seguro se sienten los socialistas e izquierdistas que
lo apoyaron o aquellos que se toman el etnocacerismo en serio. No me equivoqué
en los artículos que escribí en apoyo de su campaña en 2011 cuando afirmaba que
en el Perú existen muchos intereses económicos y geopolíticos para evitar que
se convierta en una Venezuela o una Bolivia. Aquí, mandatario que quiera
sobrevivir, debe ajustarse a la directriz neoliberal. Ollanta ha llegado al
extremo de ponerse de lado de los inversores gringos en el caso de los gringos
antes que de la conservación de las cuatro lagunas (consumando lo que considero
su peor canallada desde que asumió el poder) y de su discurso nacionalista
(chavista) sólo quedaron los intentos infructuosos de contar con una línea
aérea de bandera y la compra de La Pampilla a Repsol.
No
me defrauda tampoco que sea un presidente ‘sacolargo’ y ‘calzonudo’, dominado
por su mujer (una ‘chibola’, comunicadora social, que le lleva quince años). En
resumen, no me interesa si gobierna él o si es Nadine la que gobierna, con tal
que las cosas se manejen con prudencia, se realicen programas de inclusión
social sin caer en el populismo y no manden al carajo la estabilidad económica
con medidas extremas. Me sucede lo mismo que con Toledo en el período
2001-2006, me causaba indiferencia que lo tildaran de borracho y pipiléptico
mientras el crecimiento y el orden económico era palpable. La popularidad del
‘Cholo’ osciló entre 5 y 10% a lo largo de su régimen y sobrevivió, Ollanta no
debería preocuparse por estar en 33%.
Tampoco
me defraudan sus promesas incumplidas de campaña porque nunca me las tomé en
serio. Nunca creí que iba a bajar el precio del balón de gas (típica propuesta
populachera de la que ningún candidato es ajeno). Menos que iba a erradicar la
corrupción que la tenemos tan enquistada en todas las esferas de la sociedad.
No en vano de los cuatro últimos ex presidentes, uno está encarcelado por
diversos delitos y los otros dos son investigados por enriquecimiento ilícito.
No me extrañaría que después de 2016 a Ollanta se le investigue también. Para
que el Perú deje de ser una nación corrupta, habría que volverla a refundar.
No
me rasgo las investiduras ni siento indignación por la repartija de cargos en
el Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo y BCR, ya que según sé no es
ilícito que quienes tienen mayoría pongan a personas de su confianza en cargos
públicos (figura que se ha dado en todos los gobiernos). Un hecho, a mi gusto
magnificado, que indignó y llevó a las calles a tantos universitarios y tontos
útiles. Quien les abre los ojos a tanto revoltoso que sale a protestar y
arrojar piedras sin percatarse que son instrumentos de apristas y fujimoristas
que buscan debilitar al gobierno y ponerlo en condiciones de negociar para que
cese la ‘persecución política’ contra García por un lado y que saquen al Chino
delincuente por el otro.
No
me siento defraudado —por el contrario, lo apoyo— en sus reformas de la
educación universitaria (porque no creo que atente contra la tan cacareada
autonomía) y de modernizar el aparato estatal a través de la meritocracia (de
ahí las marchas del SUTEP, la CGTP y otros gremios públicos que ven peligrar su
marmaja). Esas son medidas positivas al igual que haber logrado reducir la
pobreza a 25% y cumplir con los programas ‘Pensión 65’ y ‘Beca 18’, méritos que
por supuesto nadie se los va a reconocer.
Lo
único que lamento, señor Humala Tasso, es que usted siendo militar y supuesto
estratega, no sepa cómo evitar que el Vraem se convierta en zona liberada y las
ciudades se hayan convertido en lugares inseguros donde priman los asaltos,
secuestros, extorsiones y ajustes de cuentas. Los peruanos miramos con espanto
cómo nos estamos ‘mexicanizando’ a pasos agigantados. De otro lado, todavía le
quedan tres años, tiempo de sobra para enmendar la hoja de ruta. Total,
septiembre está a la vuelta y si el reclamo de Perú triunfa en La Haya y la
selección clasifica al Mundial, eso le dará la fuerza política para mandar a
sus adversarios al carajo.
2 comentarios:
de acuerdo en que las marchas han servido para que indignados simplemente salgan a dar su respaldo a alan y fujimori sin darse cuenta. tontos utiles como bien lo dices. no fui uno de ellos, no me uni a las marchas porque sencillamente pude preguntarme a tiempo quien saldria beneficado con esto y al obtener mi respuesta, me quede en casa a cuidar de mi gripe
sin embargo, si me siento defraudada de humala. creo que se dejo llevar por los vientos que han dirigido su velero por aguas que no conocia y en ocasiones lo veo perdido, desorientado y con mas ganas de dejarle la batuta a su esposa, que, -dicho sea de paso- no me desagrada en absoluto
Querida Necia:
Siento escalofríos cada vez que coincido contigo. Reitero que a mí Ollanta no me defrauda porque tampoco esperaba grandes cosas de él (como no espero nada revolucionario de nadie en la escena actual). De acuerdo en que parece perdido o desorientado y que la dientecitos de conejo parece más ubicada. Se cumple aquello de: detrás de un hombre inocuo hay una mujer que lo mueve.
Por otro lado, estuve con Aquiles el viernes pasado. Me invitó a almorzar a su casa con dos amigos más. ¿No venías a visitarlo a Trujillo?
Saludos.
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