No
tengo idea de cuándo Trujillo se apoderó del término ‘Capital de la Eterna
Primavera’. Presumo que en las primeras décadas del siglo XX, en la infancia de
un viejo pero muy buen profesor de Ciencias Naturales del colegio San Juan,
Jorge García Espinales, quien en 1984 nos hablaba con añoranza del clima
benigno que gozaba esta ciudad en tiempos pretéritos, ya trastocados en
inviernos fríos y nublados, un adelantado en temas de cambios climáticos.
No
somos tampoco la única localidad en usar ese término en el Perú. Huánuco, quizá
con más razón que nosotros, también se vanagloria de tener primavera eterna (o
son más rimbombantes cuando manifiestan ser ‘la ciudad del mejor clima del
mundo’). El primer asentamiento en adjudicarse el apelativo primaveral fue
Tarragona, en tiempos de la antigua Roma. Con el transcurrir de los años,
varias ciudades de América Latina se han apropiado del mismo sobrenombre por
sus bondades climáticas: Medellín (Colombia), Quito (Ecuador), Caracas
(Venezuela), Cochabamba (Bolivia), Arica (Chile), Cuernavaca (México),
Quetzaltenango (Guatemala), etc.
Desde
1950 se celebra en Trujillo el Festival Internacional de la Primavera, que gozó
de gran prestigio y apogeo hasta bien entrada la década de 1980. De allí
comenzó a sufrir de una decadencia irreversible. El evento poco a poco ha ido
perdiendo relevancia, coincidiendo con la valorización de otra festividad, el
Concurso Nacional de Marinera, que si bien se celebra en fechas distintas,
disfruta de mayor repercusión e interés nacional. Es como si la ciudad no
pudiera acoger dos eventos de igual magnitud y una marca —Marinera— está en
crecimiento y la otra —Primavera— se marchita.
El
Festival de la Primavera de Trujillo, con todo su desencanto arrastrado, sigue
siendo uno de las principales festivales primaverales en todo el orbe, que se
celebran entre el 20 y 21 de marzo en el hemisferio norte y entre el 22 y 23 de
septiembre en el hemisferio sur. La celebración más importante de China es la
Fiesta de la Primavera donde se celebra el advenimiento del Año Nuevo,
produciéndose la mayor migración humana del planeta, el ‘movimiento de
primavera’, con millones de personas desplazándose a sus lugares de origen para
celebrar junto a sus familiares. Vietnam celebra el Tet en fechas que coinciden
con el año nuevo chino. Considerada la ‘Madre de todas las Fiestas’, todo el
país se paraliza por completo una semana entera. Japón celebra el Hanami, en
alusión a la tradición de observar la belleza de las flores (sakura), sobre
todo de los cerezos que florecen por todo Japón. Los primeros cerezos del año
florecen en Okinawa, el punto más meridional, a principios de marzo, los últimos
en Hokkaido, el más septentrional, la última semana de abril. India, Nepal y
Guayana celebran el Joli donde la gente se lanza polvos y agua coloreada,
creyéndolo propicio para alejar las enfermedades que trae la nueva temporada.
Irán y otras naciones asiáticas con influencia de la antigua cultura persa, se
celebra la festividad de Noruz, el primer día de primavera, en tributo al Ahura
Mazda, deidad del extinto credo zoroastriano.
En
España diversas regiones reciben el equinoccio primaveral como se merece.
Sevilla organiza la Feria de Abril. Córdoba el Festival de los Patios. Galicia
la fiesta de Os Maios. Murcia el Desfile de las Flores. Barcelona celebra a San
Jordi el 23 de abril y la costumbre obliga a un mancebo obsequiar una flor a
una moza. En Budapest (Hungría) acontece el Festival Internacional de Primavera
que reúne diversas actividades artísticas, destacándose la música en todos sus
géneros. Rusia celebra la Másletnisa, una semana antes de la Cuaresma. En toda
Escandinavia se celebra el 30 de abril la Noche de Walpurgis, festividad de
origen pagano en tributo a la fertilidad. En México tenemos las fiestas de
Teotihuacán que principian el 21 de marzo, destacándose, entre sus distintos
eventos, el de los globos aerostáticos inundando de color el azul del cielo. En
Washington D.C., celebran el Festival Nacional de los Cerezos en Flor para
conmemorar el regalo que hiciera el 27 de marzo de 1912 el alcalde de Tokio de
tres mil cerezos japoneses.
En
Trujillo del Perú la principal actividad es y será el Corso que en un principio
recorría el jirón Pizarro y circundaba la Plaza de Armas. Luego se decidió que recorriera el jirón Orbegoso en toda
su extensión. En la década de 1970 se designó como ruta todo el anillo de la avenida
España y, desde 2007, a causa del aglutinamiento de gente la ruta se ha
ampliado a las avenidas Juan Pablo II y América Sur, finalizando en la
Universidad Antenor Orrego.
La
palabra ‘corso’ se utiliza en varios países de América Latina para llamar a
este tipo de desfiles y comparsas —sobre todo a las de Carnaval— aunque no
tengo claro de dónde proviene el origen de la palabra. Figura en el diccionario
de la RAE pero ninguna de las acepciones se ajusta al pasacalle. Me animo a
aventurar que viene del gentilicio de los habitantes de Córcega y como Napoleón
Bonaparte es el corso más famoso, seguro a alguna de sus paradas triunfales le
chantaron el sobrenombre (todo esto, por supuesto, es especulación).
Sobre
nuestro corso primaveral tengo poco que decir. Sigue siendo el espectáculo
popular más esperado del año, a pesar que siempre escucho la misma cantaleta: “cada
edición es más pobre que la anterior”. Personalmente no he visto uno en
veinte años, ni siquiera por televisión. El corso que organiza supermercados Wong en Miraflores para Fiestas Patrias es mucho mejor en fausto y presupuesto.
Pienso que para volverse a enganchar a la ciudadanía con el Festival —el programa de actividades dura dos
semanas— se deben ofrecer alternativas para todos los gustos y sabores como lo hubo en el
pasado, con presentaciones de artistas famosos, eventos culturales (cine, teatro,
pintura, danzas, etc.), peñas en las calles, ferias gastronómicas, etc.; algo que vaya más allá de
fiestas sociales, reinas radiantes y waripoleras con prototipo de Barbie.
Creo que los organizadores están en la capacidad de ofrecer mucho más, como dicen los ancianos se hacía en décadas pasadas. Es una empresa difícil pero no imposible que la Primavera en Trujillo vuelva a florecer.
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